¿Para cuándo la educación?

Afirman los expertos que los gobiernos, en cualquier país, deben de aplicar las grandes reformas y aprobar las leyes más ambiciosas, y por tanto más polémicas, de su programa en los primeros meses de mandato. A lo sumo dentro del primer año.

Explican que, si se deja pasar esa coyuntura favorable, si no aprovechan el impulso de la victoria conseguida y el cheque en blanco otorgado por los ciudadanos con sus votos, seguramente ya no podrán hacerlo en el resto de legislatura.

No les falta razón a esos analistas. La experiencia indica que los retrasos en asuntos trascendentes conducen habitualmente a la inviabilidad.

El Partido Popular llegó al poder con un muy ambicioso programa de reformas, que explicó con detalle en los primeros días de la legislatura. Pues, bien, buena parte de aquellos objetivos se encuentran aparcados en estos momentos.

Verdad es que Mariano Rajoy y su Gobierno han debido afrontar una delicadísima situación económica, y que sus principales esfuerzos se han centrado en capear el temporal y tratar de sacar al país de la crisis. Pero un empeño así no debería excluir todos los demás proyectos. Sería una injusticia y hasta un cierto fraude electoral, además de una gran decepción.

Dentro de los grandes objetivos planteados figuraba elaborar una nueva ley de educación, cuyos perfiles y contenido se anunciaron con cierto detalle. Es una ley que, a pesar de algunas lagunas, tiene buena pinta, con planteamientos aprovechables y objetivos ambiciosos. La educación es una de las grandes asignaturas pendientes que sufre este país.

Pues bien, a estas alturas lo que trasciende es que la ley de educación se encuentra aparcada. Se apuntan excusas sobre dificultades con algunas autonomías, incluso del PP, y sobre falta de presupuesto para sufragarla. En fin, que han pasado los primeros meses de legislatura y el proyecto sigue congelado.

A ver si va a resultar verdad que los dirigentes del PP no tienen coraje para sacar adelante una ley de educación ‘suya’. Una ley que, si saliera, sería, desde que existe democracia en España, la única que no habría sido aprobada por gobiernos socialistas. Que ya es asombroso. Además de inquietante.

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Twitter: @JoseApezarena

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