Los humanoides de Bibiana Aído

Humanoides, seres humanos o lo que sean, porque para la ministra de Igualdad, no existe la certeza de que un ser gestado por un hombre y una mujer, humanos ellos, sea un ser humano y, en consecuencia, al abortar, no se destruye ninguna vida humana.

Y es que la ministra sigue en sus trece de su campaña a favor del aborto y de querer darnos gato por liebre. Le da lo mismo la catarata de razonamientos y evidencias científicas que cada día se le vienen encima. La sale por una friolera la demostración palpable de que existe vida humana desde el mismo instante de la concepción.

Ella duda. Ella -autoridad científica donde las haya- afirma que ‘sobre el concepto de ser humano no existe una opinión unánime, una evidencia científica, ya que por vida humana nos referimos a un concepto complejo basado en ideas o creencias filosóficas, morales, sociales y, en definitiva, sometida a opiniones o preferencias personales’. Y como las preferencias personales de la ministra van por lo de los humanoides o algo así, pues resulta que el aborto no acaba con ninguna vida y ni siquiera sabemos lo que es un aborto porque eso depende de las creencias personales de la ministra.

No es fácil decir más falsedades, más vaciedades y más memeces en menos palabras.

Desde la biología molecular a la genética, pasando por la bioética o la microbiología, ciencias todas ellas lejos de planteamientos filosóficos o de preferencias personales, la unanimidad es total: hay vida y vida humana desde el momento de la concepción, y abortar -opine o no opine la ministra- es destruir una vida humana.

¿De dónde saca Aído la teoría de la ‘no unanimidad’?, ¿de sus creencias?,¿ de las de quienes la rodean? Convendría saberlo porque eso avalaría tan docta opinión. ¿De dónde deduce Bibiana Aído que el concepto de vida es un concepto complejo?, ¿quién le ha informado de que la existencia o no existencia de vida humana se basa en ideas morales o filosóficas o sociales?

Decir lo que dice la ministra, y además decirlo en nombre del Gobierno, raya en la desfachatez. Legisle Bibiana Aído mientras pueda en torno a la vida o la muerte, pero tenga al menos el valor de llamar a las cosas por su nombre y de no intentar disfrazarlas.

Además, visto lo visto, hay que dudar mucho de la conciencia de la ministra en materia de vida y concluir que lo único que pretende con sus extravagantes razonamientos es ocultar la realidad de lo que el aborto supone y ‘vender’ electoralmente una decisión que -esa sí- en absoluto cuenta con unanimidades ni tiene la menor solvencia científica por mucho que se quiera sembrar dudas donde no las hay. Porque lo opine o no la ministra o sus creencias la lleven al error, el aborto es acabar con una vida humana. Humana en toda la extensión de la palabra y fuera de toda duda científica.

Otra cosa son las conveniencias de la ministra, políticas o personales, y sus dudas personales y hasta políticas.

 
Comentarios