Y ahora viene el guantazo de Cataluña
Hubo ‘lunes negro’ en Ferraz, como se adelantó en estas páginas y el propio PSOE barruntaba hace unos días con los datos en la mano. Una día intenso, incómodo, de reposicionamientos, de fuego graneado, de reflexión.
La primera consigna ha sido apelar a una lectura inteligente de la abstención cuando, irónicamente, ese ejercicio ha puesto blanco sobre negro que los socialistas no movilizan ya a su electorado ni ante Rajoy manostijeras, el del recortazo. El discurso se abandonó pronto.
Lo que se produjo fue una fuerte marejada en la sede nacional.
Elena Valenciano admitió que no caben cambios “cosméticos o superficiales”. José Antonio Griñán pidió un “análisis de fondo”. Eduardo Madina admitió en la SER que lo sucedido obliga a una reflexión de amplio espectro, de partido, llegando incluso a los cimientos.
El PSOE de Alicante se apuntó a los fuegos artificiales y habló abiertamente de buscar “nuevos liderazgos” y recuperar la “esencia obrera y socialista”. José Bono ha sido durísimo en declaraciones a eldiario.es: “El PSOE ha desdibujado tanto su mensaje y su imagen de partido nacional que sonroja”.
Juan Fernando López Aguilar y María Antonia Trujillo reclamaron abiertamente responsabilidades políticas. La ex ministra exigió incluso, sin rubor alguno, la dimisión de su ex vicepresidente Rubalcaba.
Y a todas estas, ¿saben lo peor de todo? Que falta el colofón: las elecciones autonómicas que se celebran el 25 de noviembre en Cataluña.
Pues bien. Los sondeos auguran una debacle socialista similar a la acontecida en el País Vasco. Un desplome brutal que ya está pasando factura.
Como publicamos este lunes, la primera consecuencia de estos malos presagios es que los pesos pesados del PSC han rehusado formar parte de las listas. Se han puesto de perfil para no salir en la foto, en “esta” foto que amenaza ruina. Tan es así, que ni Rubalcaba ni Carme Chacón han rivalizado por imponer su cuota en esas listas: nadie quiere ‘quemar’ a sus hombres.
Así que atentos: en esta dura travesía del desierto, al PSOE le falta aún el guantazo de Cataluña.
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