Adiós a una comunidad centenaria: las religiosas del Sagrado Corazón dejan Placeres

La congregación abandona la residencia de Lourizán, pero su obra educativa permanecerá gracias a la Fundación Sofía Barat, con 15 colegios en España

Una imagen antigua del colegio alojada en la web del centro.
Una imagen antigua del colegio alojada en la web del centro.

Las ocho religiosas de la Congregación del Sagrado Corazón que residían en el colegio Sagrado Corazón de Placeres, en Pontevedra, se trasladarán a Madrid a finales de octubre. Su marcha pone fin a más de un siglo de presencia de la comunidad en Lourizán, aunque su legado educativo permanecerá vivo gracias a la Fundación Sofía Barat, que gestiona quince centros escolares en toda España.

  1. Un traslado marcado por la emoción y la continuidad
  2. La Fundación Sofía Barat: el futuro del legado educativo
  3. Un nuevo uso para la residencia de las religiosas
  4. Más de un siglo de historia junto al mar
  5. Un carisma con presencia global
  6. Un adiós con esperanza

Un traslado marcado por la emoción y la continuidad

Las ocho religiosas que forman parte de la Congregación del Sagrado Corazón y que residían en el complejo educativo del Sagrado Corazón Placeres, en Pontevedra, se trasladarán a Madrid a finales de octubre. La decisión responde al deseo de reunir a las hermanas mayores y mejorar sus condiciones de vida, según confirmó Juan Avezuela, presidente de la Fundación Educativa Sofía Barat.

“Las religiosas mayores que están allí, por razones de agruparlas y mejorar las circunstancias, se van de Placeres, pero el legado y la misión educativa la siguen manteniendo”, explicó Avezuela.

El convento se encuentra junto al propio colegio, en la parroquia de Lourizán, una de las zonas más emblemáticas de la ría de Pontevedra. Allí han vivido y trabajado generaciones de religiosas dedicadas a la docencia y a la formación de miles de estudiantes.

La Fundación Sofía Barat: el futuro del legado educativo

La marcha de las religiosas no alterará el funcionamiento del centro. El colegio seguirá gestionado por la Fundación Educativa Sofía Barat, creada en 2018 por la propia congregación para garantizar la continuidad de su misión educativa en España.

La fundación lleva el nombre de Santa Magdalena Sofía Barat, fundadora en 1800 de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús. Su objetivo fue evitar que los colegios tuvieran que ser vendidos o cedidos, como ocurrió con otras congregaciones, y preservar la identidad pedagógica y espiritual de sus centros.

Actualmente, la fundación suma 15 colegios en todo el país —en ciudades como Madrid, Sevilla, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Bilbao, Pamplona, Fuerteventura y Granada— y más de 11.500 alumnos.

Un nuevo uso para la residencia de las religiosas

Tras la marcha de las hermanas, la residencia anexa al colegio se destinará a necesidades educativas. “Se mantiene el colegio, y la comunidad donde estaban se asignará a los menesteres educativos de la fundación”, detalló Avezuela.

La decisión permitirá optimizar el espacio del histórico complejo de Placeres, que en los últimos años ha ido adaptándose a las nuevas demandas formativas.

Más de un siglo de historia junto al mar

El colegio Sagrado Corazón de Placeres tiene más de cien años de historia. Su origen se remonta a 1914, cuando Avelino Montero Ríos, hijo del ilustre político gallego, y su esposa Dolores Fernández donaron a la congregación el edificio familiar de Lourizán para la educación de las niñas de la zona.

El 11 de febrero de 1918 se firmó la escritura de donación, y un año después comenzaron las clases con 25 alumnas. Con el tiempo, el colegio amplió instalaciones, inauguró una capilla en 1925 y llegó a ofrecer internado, estudios de FP y programas de Educación Especial, siempre adaptándose a los cambios educativos del siglo XX.

Un carisma con presencia global

La Congregación de Religiosas del Sagrado Corazón está presente en los cinco continentes y agrupa comunidades dedicadas a la educación, la pastoral y la acción social. Su misión —“manifestar el amor de Dios al mundo”— continúa viva, ahora a través de la red de colegios gestionados por la Fundación Sofía Barat.

Un adiós con esperanza

La partida de las últimas ocho religiosas del Sagrado Corazón de Placeres simboliza el fin de una era, pero no de su espíritu.
“Con tristeza las pocas monjitas que quedaban se van de allí, pero con la alegría de poder mantener su misión educativa”, resume Avezuela.

El colegio seguirá siendo un referente educativo en Pontevedra, preservando el legado centenario de las religiosas que, desde la orilla del mar, dedicaron su vida a la enseñanza y a la formación en valores.

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