El liderazgo espiritual de Catalina de Siena para nuestro tiempo

Sor Teresa Cadarso ofrece en esta biografía de Santa Catalina de Siena una mirada espiritual y personal, escrita mientras afrontaba su propia enfermedad

Sor Teresa Cardoso
Sor Teresa Cardoso
Hay que llegar al final del libro, al apartado de agradecimientos, para entender no el texto de lo leído, sino el contexto que, en cierta medida, explica algunas de las afirmaciones de lo contenido en este trabajo
  1. Una biografía comentada
  2. Catalina, una santa necesaria
  3. Una vida que interpela hoy

Dice la hermana dominica, del Monasterio de Caleruga, autora de esta preciosa biografía de Santa Catalina de Siena, que cuando regresó del hospital aquella mañana, quien la acompañaba la recordó que Beethoven había compuesto su novena sinfonía cuando estaba sordo inmerso en una dinámica de deriva personal.

La hermana Teresa Cadarso, no sé su nombre de religión, debía seguir trabajando en este libro cuando la habían comunicado que tenía un cáncer del que debía tratarse con urgencia.

Una biografía comentada

De ahí que no estemos solo ante una biografía de Catalina de Siena más. Estamos en una biografía comentada cuyo valor añadido radica en las reflexiones que a propósito de la vida de esta peculiar santa, una de las más grandes de la Iglesia, va haciendo la hermana Teresa Cadarso.

Reflexiones centradas en la relación entre el significado de la voluntad de Dios en nuestras vidas y la santidad, lo que permite que el lector se sienta permanentemente interpelado por lo que lee.

Catalina, una santa necesaria

La verdad es que la vida de Santa Catalina de Siena da para eso y para mucho más. Una de las aportaciones significativas de esta biografía espiritual es el trabajo de lectura y anotación previo que la autora ha hecho de las más importantes biografías que se han escrito, a lo largo de los siglos, sobre la santa de Siena, sin lugar a dudas siguiendo de cerca lo escrito por Raimundo de Capua, y lógicamente también de los textos de Catalina según se nos han transmitido.

Los textos de la santa, pese a las buenas ediciones, no son fáciles de leer generalmente. Aquí están desentrañados para sacarles todo el jugo.

Chesterton escribió, como nos recuerda nuestra autora, que “el santo es una medicina, porque es un antídoto. Esa es la razón por la que el santo es de ordinario mártir; se le toma por veneno porque es un antídoto. Sucede de ordinario que él vuelve el mundo a sus cabales exagerando lo que el mundo olvida, que no es siempre el mismo elemento en todas las edades. Sin embargo, cada generación busca a su santo por instinto, y él no es lo que la gente quiere, sino lo que necesita. (…) de ahí la paradoja de la Historia, que cada generación es convertida por el santo que la contradice”.

Una vida que interpela hoy

No voy ahora a glosar la vida de esta santa apasionante por muchas razones. Una de ellas, sin duda, el papel de una mujer en un tiempo y en una Iglesia de hombres.

Tampoco voy a hacer referencia a algunos de los capítulos más apasionantes de la vida de la santa, como es, por ejemplo, su relación con los papas en el contexto del exilio de Avignon o del posterior cisma de occidente, o la situación del clero y de la vida religiosa en aquella época, ya necesitada de una amplia reforma.

Destacaría por ejemplo, su doctrina espiritual sobre la “celda del conocimiento”, que bien requeriría seguir profundizando en esta forma de proponer la experiencia de la sabiduría de Dios.

No parecía fácil explicar a un lector de hoy algunas de las características de la vida espiritual de Catalina de Siena. Por ejemplo, que tuviera el don de conocer la realidad interior de las personas sin que éstas se lo revelaran, y que sufriera “arcadas en presencia de almas corrompidas por el pecado”. Sin embargo, la hermana Teresa Cadarso lo hace de una forma bella y atractiva en un libro que merece mucho la pena.

J. Leclercq escribió que “la historia política de santa Catalina es la más extraordinaria manifestación de lo que puede la santidad a pesar de la escasez de todo medio humano. El gran milagro de su vida no son sus éxtasis, sus sufrimientos, sus curaciones extraordinarias, es su acción pública. Aquella pobre muchacha llegó a dominar a los Gobiernos hasta el punto de hacerles tomar decisiones que les disgustaban o que les parecían contra su interés. Otros santos han hecho curaciones milagrosas, pero sólo existe un retorno de Avignon”.

¡Yo quiero! Pasión de Santa Catalina de Siena
¡Yo quiero! Pasión de Santa Catalina de Siena

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