La revisión y edición de tu trabajo universitario es legal

Analizamos la situación de encargar TFM y su legalidad en la universidad, una de las prácticas más comunes en la actualidad entre los universitarios españoles.

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La revisión y edición de tu trabajo universitario es legal.

Si realizamos una encuesta entre los estudiantes de diferentes universidades y preguntamos acerca de empresas que te hacen el TFG, descubriremos que un gran porcentaje de ellos son conocedores de estos servicios. 

Pero, ¿son legales este tipo de empresas? ¿Existe alguna ley que vete este tipo de prácticas? ¿Cumplen con todos los requisitos necesarios para poder ofrecer sus servicios? Como estudiante, ¿qué me puede suceder si decido solicitar un TFG por encargo?

Si quieres conocer un poco más sobre todo lo relacionado con los Trabajos de Fin de Grado y las responsabilidades legales, sigue leyendo.

Legalidad de las empresas de redacción de TFG

¿Hasta qué punto son legales las empresas que hacen trabajos universitarios? 

Todas las compañías que se dedican a la redacción y revisión de trabajos universitarios están registradas, pagan sus impuestos y declaran sus beneficios ante la Agencia Tributaria. 

Por tanto, encargar TFM no sería ilegal ya que no existe en la actualidad una ley expresa que prohíba esta práctica, pero sí que entran en juego otras cuestiones como serían la moralidad y el posible fraude del alumno a la universidad. 

Si analizamos el hecho de que un estudiante pague para que un redactor le haga su TFG o TFM no es ético, ya que no está cumpliendo con lo ordenado por la facultad y puede suponer graves consecuencias.

¿Qué opinan las universidades?

Como es normal, las universidades y el profesorado están al tanto de la existencia de estas empresas que hacen el TFG. Por el momento, ellos solo pueden apelar a que sus estudiantes sean honestos con la facultad y con ellos mismos. 

Este tipo de trabajos finales sirven para evaluar todo lo aprendido durante sus estudios, y de nada sirve que lo haga una persona especializada en ello. Entregar un trabajo que no ha sido realizado por el alumno supone una estafa, lo que puede llevarle a un suspenso directo.

 

Para el profesorado y el tribunal puede ser difícil demostrar que un alumno no ha redactado él mismo su proyecto. Solo les quedará evaluar cómo se desenvuelve durante la presentación y realizar preguntas más específicas sobre algunos datos reflejados en el trabajo.

Conclusión

Quizás deberíamos de hacernos la pregunta de por qué cada vez son más los universitarios que apuestan por confiar en empresas especializadas en la elaboración de TFG y TFM. ¿Merece la pena correr ese riesgo? ¿Qué es lo que les llama la atención a los estudiantes de estas empresas?

Por ello vamos a conocer algunas de las ventajas que obtienen los alumnos:

● Plazos de entrega pactados desde la aceptación del presupuesto.

● Los proyectos son elaborados por personal cualificado y con años de experiencia en el sector.

● Cada trabajo se realiza de forma individual y está libre de plagios.

● En todo momento queda asegurado el anonimato del estudiante.

Todo esto supone tener más tiempo libre para los universitarios, para así, poder prepararse para los exámenes finales, hacer las prácticas o para cualquier otra actividad. Pero no por ello, deja de ser una práctica poco ética por parte del estudiante, ya que realmente él no ha sido el verdadero autor de ese trabajo.

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