Esequibo, Malvinas… ¿paralelas?

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
Javier Milei el día de su toma de posesión como presidente de Argentina.
Javier Milei el día de su toma de posesión como presidente de Argentina.

Ambos líderes utilizan temas de disputas territoriales para gestionar la política tanto interna como externamente. Sin embargo, sus enfoques reflejan diferencias significativas en sus situaciones políticas y económicas.

La propuesta de un referéndum sobre el Esequibo es un ejemplo claro de cómo el nacionalismo puede ser empleado para manejar la política interna. Sin embargo, este enfoque tiene limitaciones significativas debido al aislamiento internacional de Venezuela y la falta de apoyo en foros globales como las Naciones Unidas, que favorecen métodos basados en el diálogo y la mediación.

Por otro lado, Argentina enfrenta una situación diferente con respecto a las Islas Malvinas. Aunque también usa el nacionalismo, lo hace en un contexto donde puede buscar revitalizar el reclamo a través de enfoques diplomáticos más innovadores, apoyándose en su orientación hacia reformas económicas radicales y una mayor apertura en la política exterior. El mantenimiento de la cuestión de las Malvinas como un punto de consenso nacional le permite fortalecer su legitimidad tanto interna como externamente.

Ambos líderes enfrentan desafíos significativos en la arena internacional, que influyen en sus estrategias de resolución: Venezuela se ve limitada por las sanciones internacionales, lo que probablemente mantendrá la disputa del Esequibo en un punto muerto. Argentina tiene algo más de margen para maniobrar, aunque cualquier estrategia sobre las Malvinas dependerá también de la postura del Reino Unido y la comunidad internacional, que ha respaldado tradicionalmente el principio de autodeterminación para los habitantes de las Malvinas.

En conclusión, las disputas sobre el Esequibo y las Malvinas no solo son reflejo de las políticas internas de Venezuela y Argentina, sino que también son indicativas de las dinámicas internacionales más amplias que afectan a América Latina. Los académicos y diplomáticos favorecen soluciones que promuevan la paz y la estabilidad regional, respetando el derecho internacional. A largo plazo, la resolución efectiva de estas disputas requerirá un enfoque que equilibre el nacionalismo con compromisos diplomáticos pragmáticos y consideraciones de derecho internacional.

Además, es crucial que ambos países consideren cómo sus políticas internas y externas respecto a estas disputas afectarán no solo sus posiciones actuales, sino también las futuras relaciones internacionales y la estabilidad en sus respectivos países. En ambos casos, la evolución de estas disputas dependerá en gran medida de cambios en la dinámica internacional y de ajustes en las políticas internas, donde la diplomacia creativa y el respeto a las leyes y normas internacionales jugarán roles decisivos en la búsqueda de soluciones sostenibles y pacíficas.

Aunque las disputas del Esequibo y las Islas Malvinas difieren en términos de contexto geopolítico y los detalles específicos de cada caso, presentan paralelismos significativos que pueden informar su entendimiento y gestión. Estas paralelas incluyen: uso estratégico del nacionalismo, interacción con el derecho internacional, influencia de las condiciones internas y externas y repercusiones regionales e internacionales.

La resolución de tales conflictos, por lo tanto, requiere un enfoque que no solo aborde las demandas inmediatas del nacionalismo sino que también promueva soluciones diplomáticas pragmáticas que puedan sostenerse a largo plazo bajo el escrutinio internacional y el cambio  geopolítico.

 

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