José Apezarena

Mil preguntas a Pedro Sánchez

El presidente Pedro Sánchez, junto a su esposa, Begoña Gómez, en una cumbre en la Alhambra.
Pedro Sánchez, junto a su esposa, Begoña Gómez, en una cumbre en la Alhambra.

La decisión de Pedro Sánchez de declarar sede vacante la Presidencia del Gobierno, durante cinco días, mientras reflexiona sobre si sigue o no en el cargo, plantea miles de interrogantes y preguntas, de difícil respuesta. Al menos, hasta el lunes.

Aquí van algunas preguntas, dirigidas al señor Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de baja laboral:

¿Ha consultado antes si es posible eso de declararse ‘dimitido provisional’ como presidente del Gobierno? ¿Puede constituir incluso una ilegalidad?

¿Tiene algún sentido dejar a todo el país con la boca abierta, expectante y confuso, durante cinco días?

¿Por qué no consultó con nadie la ‘dimisión’ temporal? ¿Acaso existe algo que no puede contar ni a sus colaboradores más íntimos; ni siquiera para consultarles? ¿De qué se trata? ¿Lo va a revelar?

¿Como puede justificar no estar activo, como presidente y como líder socialista, precisamente en el inicio de la campaña de las elecciones catalanas? ¿Ha calculado las consecuencias que se pueden seguir para su partido?

¿Por qué ha fijado un plazo de cinco días, no de tres, ni de seis? ¿Qué tiene que ocurrir en ese plazo tan concreto? ¿Se trata de alguna noticia, alguna revelación, qué va a salir a la luz en ese tiempo?

¿Son cinco días para poner en marcha algo que consiga evitar algo?  ¿Evitar qué?

¿Ese ‘algo’ dice relación con su mujer? ¿Personal, profesional? ¿Tiene que ver con su paso por Marruecos?

 

¿La repentina decisión de colocarse en paréntesis como presidente, hay que relacionarla con Pegasus? ¿Qué le pillaron cuando espiaron su teléfono? ¿Acaso va a salir a la luz, ahora que Macron se ha propuesto descubrir el pastel?

¿A la luz algo sobre sus relaciones con Marruecos? ¿Y con el repentino cambio de política sobre el Sáhara?

¿Ha valorado la repercusión negativa para España como país de su plante presidencial? ¿Ha pensado cómo habrá impactado en las decisiones en marcha por parte de inversores internacionales?

¿Qué le parece el eco internacional que su decisión ha tenido? ¿Los titulares de periódicos europeos, diciendo que el presidente del Gobierno de España, ha dimitido por la “corrupción”?

¿Estima que este episodio bloqueará definitivamente cualquier opción que pudiera tener o haber tenido para ocupar un cargo de máximo nivel en la Unión Europea?

Pedro Sánchez, en fin, ha fijado la atención en el próximo lunes. Que podría convertirse en su funeral político.

Porque, si decide quedarse, ¿cómo lo justificará? ¿Diciendo que no le importa que investiguen a su esposa y que perdona a los que lo han hecho?

Pero, si anuncia que se marcha, tendrá que dar alguna razón más poderosa que el hecho de que un juez haya decidido investigar a Begoña Gómez. Un procedimiento, por otro lado, que puede quedar en nada. Ofrecer un motivo más fuerte que las angustias que le produce ver amenazado su entorno familiar cercano.

Porque los supuestos sinsabores familiares, por muy enamorado que esté de su esposa, no parecen motivo proporcionado.

Mucho menos aún cuando esa práctica, el ataque al familiar, ha sido aplicada con intensidad por él mismo y por su partido. Baste recordar que el PSOE reaccionó ante el ‘caso Koldo’ sacando a colación lo del novio de Ayuso. Lo cual, a su vez, activó el ‘caso Begoña’. Por no hablar del ataque a la mujer de Núñez Feijóo.

Dice un pasaje bíblico que el que a hierro mata a hierro muere: qui in gladio occiderit, gladio peribit. Pues eso.

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