José Apezarena

Vascos enfermos, muy enfermos

El ex jefe militar de ETA Javier García Gaztelu, alias Txapote.
El ex jefe militar de ETA Javier García Gaztelu, alias Txapote.

La Korrika es una marcha que organiza todos los años la red de academias de euskera, con el apoyo de instituciones públicas y asociaciones. Y una vez más se ha repetido el escándalo (la ofensa) de que, en los diversos lugares, fuera encabezada con fotografías e imágenes de etarras, en muchos casos portadas por niños.

En Galdácano, por ejemplo, exhibieron la imagen de los miembros de ETA Javier García Gaztelu, alias 'Txapote' (el de “que te vote...”), Jon Bienzobas, Juan Ignacio Cruchaga Elezcano y Iosune Oña.

En Pamplona portaron en primera línea la imagen del etarra Patxi Ruiz, condenado por el asesinato de Tomás Caballero. El Parlamento de Navarra ha aprobado un resolución rechazando “la recurrente exhibición de fotos de miembros condenados de ETA” en la Korrika. “Además de constituir una humillación para sus víctimas directas, supone una humillación intolerable al conjunto de la sociedad navarra que padeció la violencia terrorista”.

¿Y quienes votaron en contra de esta declaración? EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin. Al lado de los etarras, con ellos, está el partido EH Bildu. El que sostiene en Madrid el Gobierno de Pedro Sánchez, y al que el Partido Socialista ha entregado la Alcaldía de Pamplona. ¡Enhorabuena!

En contra de lo que pueda afirmar Pedro Sánchez, el ‘conflicto’ no se ha resuelto. La situación el País Vasco no se ha ‘normalizado’. Ni mucho menos. Quedan muchos... enfermos. Porque enfermedad es apoyar el terrorismo. Cualquiera que sea la causa.

Bilbao fue escenario, en enero, de una gran manifestación para pedir... la libertad de los presos de ETA. ¿Asistentes? Veinte mil según el ayuntamiento. Veinte mil reclamando que salgan de la cárcel asesinos y terroristas. Por cierto, tuvo el respaldo de Junts, ERC y BNG. De nuevo, los socios de este Gobierno. ¡Enhorabuena!

No habría que argumentar demasiado para sostener que el hecho de exaltar a asesinos revela una sociedad enferma. Muy enferma.

Enferma entonces, en el pasado. Cuando los ciudadanos miraban para otro lado. Cuando las víctimas quedaban tendidas en el suelo sin que nadie se adelantara a ayudarles. Cuando reaccionaban con el terrible “algo habrá hecho”. Cuando no se podían celebrar funerales por los asesinados ni ser enterrados en paz.

Porque, ¿cuál es la realidad de esa ETA que exaltan en la Korrika? 7.265 víctimas, entre ellas 864 muertos, según los datos del Ministerio del Interior. Es lo que rememora, conmemora, esa marcha, encabezada por imágenes de terroristas. Así que la situación no se ha ‘normalizado’.

 

Sin olvidar, además, que más de 200.000 vascos abandonaron su tierra porque no les dejaban vivir con libertad. Por miedo. Por el terror que causaron los que ahora son paseados triunfalmente por los caminos y calles de Euskadi. Esos exiliados ya no votan en las elecciones vascas.

ETA comunicó el cese de la actividad armada el 20 de octubre del 2011, y en mayo de 2018 anunció su disolución. Pero sigue viva y actuando. Ahí está la Korrika.

La enfermedad, repito, no está curada. ¿Una prueba más? Lo que pronostican las encuestas para las elecciones vascas del 21 de abril.

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