Españoles viejos, ciegos y suicidas
Una de las impresiones más fuertes recogidas durante la estancia en Suecia se refiere al espectáculo, habitual y muy frecuente, de jóvenes matrimonios suecos con tres, cuatro, cinco hijos… Se les ve transitando por las calles, circulando todos ellos en bicicletas, acudiendo a establecimientos, zonas de ocio y museos.
La evidencia es que ese país nórdico ha saltado una barrera, la del miedo a los hijos, y por el contrario está apostando ahora por tenerlos, pronto y en abundancia.
En 1999, la tasa de natalidad en Suecia era del 10 por 1.000, pero desde entonces ha ido subiendo hasta situarse en el entorno del 12, con un máximo de 12,30 en el año 2010. Esos son precisamente los chavales que ahora se ven por la calle y en los parques.
Por lo que se refiere al nuestro, a España, la tasa de natalidad se sitúa tres puntos por detrás de la de Suecia. En 2014 ha sido del 9,14 por 1.000 y llevamos varios años por debajo del 10.
Eso explica que, de cara el futuro, los estudios más fiables coloquen a nuestro país entre los más avejentados del mundo. Peor aún. Con las actuales tendencias demográficas, en 2050 España se anotará una lamentable récord: ser el país más viejo del mundo. Está superpublicado pero, por lo visto, aquí nadie se inmuta. Ni siquiera se habla de eso.
Suecia aplica una enérgica política de promoción de la natalidad, que incluye, por ejemplo, permisos de 16 de meses para las mujeres que dan a luz, cobrando el 80% del sueldo en ese tiempo. De dicho periodo, 2 meses tienen que ser disfrutados obligatoriamente por el otro cónyuge.
Además de otras ayudas, las guarderías son gratis en el país, al igual que el resto de la enseñanza posterior.
Sorprende sobremanera que en España ninguna formación política se haya tomado en serio el drama de la la natalidad, que tan graves consecuencias viene provocando ya, pero que se incrementaran en el corto futuro. Cuando digo ninguna quiero decir ninguna, porque los parches coyunturales y cosméticos no solucionan un problema que es de fondo.
Pienso que la natalidad no es de derechas ni de izquierdas. Y creo que tengo razón. Por eso cito el caso de Suecia, considerado el país más socialista del mundo. Mientras, aquí no nos enteramos. Más bien al contrario: remamos en la otra dirección.
Así que los españoles (quiero apuntar sobre todo a los partidos españoles), que ya somos bastante viejos, mostramos una ceguera incomprensible, que lleva al suicidio como país. Ciegos y suicidas.
¿Alguien puede entenderlo?
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