José Apezarena

Por qué ellos son monárquicos y nosotros no

De entre los países europeos más desarrollados, tanto desde el punto de vista económico como también democrático, ocho son monarquías: Reino Unido, Holanda, Bélgica, Suecia, Noruega, Dinamarca y Luxemburgo, además de España.

De aquí podría sacarse la conclusión de que la institución, por otro lado tan longeva, parece altamente compatible con sistemas políticos eficientes y avanzados, para bien, por supuesto, de sus habitantes, que son quienes la sostienen.

En esos países, la monarquía se mantiene de forma pacífica y con elevado consenso, demostración de que sus ciudadanos son, en ese sentido, monárquicos.

Y yo me pregunto. Si en esas naciones sus habitantes son monárquicos, ¿por qué no ocurre lo mismo en España? ¿Por qué ellos lo son, y nosotros no?

Tengo una intuición. La respuesta puede ser esta: ellos se muestran orgullosos de su historia, de lo que son y han sido, y ocurre que su historia, o el propio origen de la nación, se hallan íntimamente ligados a la monarquía.

Se sienten, como digo, solidarios y orgullosos de lo que han vivido en los últimos siglos, de las hazañas nacionales en su caso, y son conscientes de que todo eso, por lo que sea, ha ocurrido con sus reyes al frente.

No faltan en dichas naciones, por supuesto, luces y sombras, momentos de plenitud y también derrotas y desgracias, pero el balance final que hacen les parece positivo, favorable a su estima como nación y como nacionales.

La propia Francia, tan republicana, muestra un llamativo respeto hacia la monarquía, que se manifiesta en que las distintas casas reales reconocidas y vigentes (los Borbones del español Luis Alfonso, los Orleans y los Napoleón), consiguen un claro hueco en la vida institucional. ¿Por qué? Posiblemente porque los franceses saben bien que la mayor parte de las hazañas y glorias del país, de los que se proclaman orgullosos, tienen que ver con la monarquía. Y, desde luego, no reniegan de su historia. Aunque ahora, también por los errores de la corona, sean una república. Eso sí, con unos presidentes que, sin excepción, se comportan con aires de emperador.

¿Y por qué en España no somos monárquicos? Siguiendo con la intuición apuntada, pienso que tiene mucho que ver con el hecho de que desconocemos nuestra historia. La historia de un país grande y poderoso, que ha sido durante siglos la nación más importante del mundo, que protagonizó hechos como la Reconquista y el descubrimiento de América. Esto último, una epopeya gigantesca que en cualquier otro lugar llenaría de orgullo a sus gentes y que, sin embargo, en España padece tal desconocimiento y silencio que parece como si no hubiera existido.

 

Los españoles, en su generalidad, no son conscientes de lo que hemos sido, o al menos no nos sentimos parte ni herederos de esa historia, que como digo ha sido grande, al nivel y por encima de las naciones europeas citadas. Y en esa historia, la monarquía ha actuado como claro protagonista.

Cosa distinta es que hoy podamos decidir que no deseamos continuar con esa forma de Estado. La voluntad de los españoles es soberana, por encima de monarcas y reyes, y por tanto será la que valga. Pero que no sea porque no sabemos nada de nuestro pasado, de lo que hemos sido y hecho como nación.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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