Esto es Europa, estúpido

Ya va siendo hora de desmontar las catedrales –económicas, por supuesto- de Europa y dejar a cada una quietecita en su país. Ya va siendo hora de bajar de los altares –económicos, por supuesto- a la señora Merkel y quitarle la aureola, nadie sabe de dónde ha salido, de oráculo de Delfos.

La sensación de tomadura de pelo ya viene de atrás, pero lo que está ocurriendo en las últimas reuniones, debería hacer pensar a más de uno en ir cambiando de ídolos, si es que se puede.

¿Nos toman el pelo? ¿Rajoy sabe más de lo que cuenta y por eso se resiste a dar un paso adelante en relación con el rescate? A lo mejor se le acusaba de electoralista -de esperar a este próximo domingo en Galicia y el País Vasco- y pudiera ser que se oliera la tostada y se temiera una negativa.

El resumen es que Alemania, Holanda y Finlandia han decidido no cumplir sus compromisos y los retrasos se nos han venido encima casi sin darnos cuenta. Ahora, no solamente no se ha hablado de rescate sino que la unión bancaria y eso del supervisor único van a llegar en 2014.

Que nadie se llame a engaño, porque nadie puede reprochar a Merkel que quiera uncir a Europa al carro de las elecciones alemanas en las que se juega su futuro político. El problema no es de Merkel, que hace su papel, el problema es de quienes pensaron que Merkel era como la diosa Cibeles de la economía, pero sin la bufanda del Real Madrid, esa que le pone Casillas de vez en cuando.

Es evidente que cada uno tenemos que sacar nuestras propias castañas del fuego y mojarnos nuestro propio trasero.

Bien están las medidas que se han tomado. Eran necesarias, lo dijera Europa o no lo dijera. Pero de eso a servir a señores que se nos mueren, cada dos por tres en Bruselas, hay un abismo.

Al menos que se nos mueran aquí.

 
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