Bancos, universidades y empresas contratan un asistente de ventas generado por IA

El agente virtual recomienda al cliente productos basados en sus preferencias, ya que tiene acceso a su historial de compras

Recurso de compra en un comercio electrónico.  CLOSERSTILL MEDIA
Recurso de compra en un comercio electrónico. CLOSERSTILL MEDIA
  1. Funcionamiento en páginas de comercio electrónico
  2. Usos en bancos y universidades
  3. Primera normativa europea que regula la IA
  4. Expectativas de futuro
Inteligencia Artificial (IA). UNSPLASH
Inteligencia Artificial. UNSPLASH

La empresa tecnológica SIA ha lanzado una nueva herramienta llamada Mercury, que actúa como un asistente virtual de ventas basado en Inteligencia Artificial (IA). El agente ofrece al consumidor un acompañamiento personalizado en el proceso de compra digital. Entre cinco y diez compañías –bancos, universidades y marcas de retail– ya lo han implementado en sus páginas web. 

André Caçador, ingeniero de telecomunicaciones, fundador de SIA y creador de Mercury, cuenta, en una videollamada con ECD, que este asistente virtual es capaz de entender qué necesidades tiene el consumidor y llevarle por el camino más adecuado para cubrirlas. “Su objetivo es mejorar la experiencia online del usuario”, subraya.  

Funcionamiento en páginas de comercio electrónico

El agente virtual y el cliente pueden interactuar mediante mensajes de texto, voz o imágenes a través de un chat. Por ejemplo, si un usuario está buscando unas botas de montaña en una página de comercio electrónico, le puede consultar a Mercury, que le va a ofrecer el producto que más se adapta a su perfil. "La herramienta conoce los datos que la empresa ha volcado sobre el consumidor: pedidos anteriores, preferencias y lista de favoritos", explica Caçador. También se basa en factores externos. En el caso de que el usuario quiera comprar una chaqueta para irse de viaje a Copenhague, Mercury tendrá en cuenta el clima y, si hace frío, le recomendará las más abrigadas. 

Durante el proceso, el asistente puede enseñar vídeos en los que se muestra el producto y enumerar algunos aspectos a tener en cuenta basándose también en lo que el propio cliente le ha contado, como pueden ser las tendencias de moda del momento, colores y comodidad, entre muchos otros. Se encarga además de mostrarle las reseñas y llevarlo a la página de compra. Después, continúa proporcionándole información sobre las ventajas del producto en cuestión y le enseña a cómo sacar el máximo provecho del mismo. 

Otra de sus tareas es la comparación de productos. "Detecta patrones de comportamiento del usuario", señala Caçador. Si está viendo dos chaquetas muy similares, Mercury aparece dentro de ese contexto y se ofrece a ayudarle a elegir entre ambas prendas. También se puede acceder a él pulsando un botón de ayuda que se encuentra en la parte inferior de la página web.  "La herramienta se adapta al branding, color y tipo de letra para integrarse en la plataforma".

Usos en bancos y universidades

Los bancos que implantan esta tecnología en sus páginas web también buscan mejorar la experiencia digital del cliente ofreciéndole un tratamiento personalizado. Caçador menciona el siguiente ejemplo: un usuario que quiere solicitar una hipoteca le cuenta a Mercury en un chat qué es lo que busca exactamente y sus condiciones: "Estoy buscando financiación para un piso en Barcelona". Y añade el barrio donde se encuentra la vivienda, el número de habitaciones, el año en el que se construyó y los ahorros de los que dispone. Se trata de contratar una hipoteca a través de una interfaz conversacional, que permite a los usuarios interactuar con un sistema informático utilizando un lenguaje natural. 

Uno de los bancos que aplica la IA en sus canales digitales es Santander. "Nos ha permitido gestionar un gran volumen de datos de los clientes para crear patrones analíticos y predictivos que puedan beneficiarles en un futuro cercano", explica la compañía. "Nos da la posibilidad de enviar mensajes que aporten valor a su vida financiera y que les ayuden en la gestión de sus finanzas", apunta. 

Varias universidades también han incorporado el agente virtual, que facilita a los alumnos y profesores el acceso a contenidos didácticos concretos (exámenes, horarios, clases). Su funcionamiento es similar al de los anteriores: se le plantea una duda y este la resuelve, ya sea a través de texto, imagen o vídeo. 

Primera normativa europea que regula la IA

Hace un mes, las instituciones de la Unión Europea (UE) alcanzaron un acuerdo para impulsar la primera ley que regulará la Inteligencia Artificial. Esta normativa pretende garantizar que los sistemas basados en esta tecnología, utilizados en la UE e introducidos en el mercado europeo sean seguros y respeten los derechos de los ciudadanos. Asimismo, busca estimular la inversión y la innovación en este ámbito. Respecto a lo que atañe a la IA generativa –diseñada para generar nuevo contenido en forma de texto escrito, audio, imágenes o videos–, en la que se basan modelos como ChatGPT o Mercury, tendrán que cumplir criterios de transparencia, como especificar si un texto o una fotografía se han generado a través de la inteligencia artificial y garantizar que los datos que se han empleado para entrenar a los sistemas respetan los derechos de autor.

 

Expectativas de futuro

La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Ha entrado de lleno en muchos ámbitos de nuestras vidas y dirige ya –en muchas ocasiones sin que nos demos cuenta de ello– casi todas las actividades cotidianas (ver películas, el trabajo, las compras o las relaciones). 

Casi la mitad de las empresas ya recurren a ella, según un estudio difundido recientemente por el centro de estudios del mercado laboral Randstad Research, que refleja que el 46% de las compañías españolas consultadas dicen que usan la inteligencia artificial en su día a día para llevar a cabo alguna de sus funciones. Entre las tareas para las que más frecuentemente se recurre a la IA destacan el análisis y predicción de datos (46%), la optimización de tareas administrativas (38%) y la automatización de procesos productivos (36%).

"Nosotros creemos que las experiencias digitales que tenemos hoy en día van a cambiar completamente en unos cinco años", comenta Caçador. "Los nuevos modelos de IA son capaces de guiarnos por los servicios que nos ofrecen las páginas web y se van a seguir adaptando a nuestras necesidades, hiperpersonalizándose cada vez más".

Con una inversión de 600.000 euros, Mercury comenzó a comercializarse el pasado mes y ha experimentado una buena acogida por parte de los clientes, según cuenta su creador. Señala que su uso aumenta el compromiso del usuario con la marca, más allá de la adquisición de sus productos o servicios. La interacción con esta herramienta provoca que los usuarios pasen más tiempo en las webs. 

"Hace falta mucha pedagogía en el mercado para explicar todas las capacidades que tiene la IA generativa", plantea Caçador. Su empresa, Sia, fundada en mayo de 2023 para ayudar a las empresas a integrar esta tecnología, lo hace planteando el producto como una solución que satisface las necesidades del cliente y puede aumentar el volumen de ventas

Ejemplo de cómo funciona Mercury. SIA
Ejemplo de cómo funciona Mercury. SIA

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