Un tuit sobre Varoufakis

Leo en su diario que me presenta como autor de un mensaje amenazante hacia el entonces ministro griego de Economía que repite, a raíz de un tuit mío del pasado fin de semana, la interpretación literal que determinados participantes en esas mismas redes sociales hicieron.

Era éste, escrito el 4 de julio tras leer que Varoufakis, en una entrevista con El Mundo, tildaba poco menos que de “terroristas” a sus socios: “Varoufakis es el enano chulo que todos teníamos en clase. Hasta que no le partías el morro, no paraba. Procedan, pues”.

Según ellos, y ustedes, yo pedí que pegaran al pobre Varoufakis y le llamé enano y chulo. Nada menos. El mensaje simplemente hacía uso  literario de una escena típica de nuestra infancia escolar para comparar, políticamente, el comportamiento de un alumno tipo de aquellos años con la reacción que acababa provocando: el pequeñajo chuleta que al final acababa recibiendo cuando sobrepasaba todos los límites de la paciencia de sus objetivos.

Los símiles se pueden compartir o no, e incluso se pueden tildar de desafortunados –yo mismo creo haber tenido días mejores-, pero no se pueden convertir en lo que no son: la clase es Europa, el pequeñajo agresivo es Varoufakis, la chulería es su desprecio a todas las ayudas dadas y ofrecidas y ‘proceder’ consiste simplemente en aplicar las consecuencias de sus sistemáticos engaños y desprecios. Supongo que nadie creerá que, cuando el propio político griego tilda de terroristas al resto de dirigentes políticos, hace otra cosa que no sea servirse de un recurso literario bastante más torpe y despectivo.

De no ser porque en España, efectivamente, se llevan tanto los linchamientos públicos y un sectarismo atroz que sólo fomenta bandos, hasta sería hilarante la interpretación que ustedes han hecho, que llevada a la máxima expresión necesitaría de un broche que supongo les ha dado pudor poner: dado que yo pedía que pegaran al ya exministro en la clase, deberían haber dicho ustedes que yo proponía  también que la paliza física se la dieran Rajoy, Merkel u Hollande.

Que haya que explicar estas cosas demuestra cómo en este país tenemos un problema de comprensión lectora o, simplemente, de mala leche. Y pocos argumentos para hacer una crítica todo lo aguda que se quiera pero al menos honesta.

El gran poeta José Hierro solía manifestar su temor a que las metáforas le convirtieran “en un viejo verde”. Seguro que él entendería muy bien mi perplejidad –no exenta de alguna sonrisa inevitable- porque a mí, un inocente símil, me quiera transformar en un acosador escolar.

Como dicen en esa misma red social, mátame camión. Y espero que ningún camionero se lo tome tampoco como una petición expresa.

 

Video del día

Detenida en Madrid una kamikaze borracha y
con un kilo de cocaína en el maletero
Comentarios