Los taxis eléctricos, una opción en crecimiento pero aún minoritaria

La Comunidad de Madrid cuenta actualmente con 15.487 taxis con licencia para operar. De esta cifra, 530 lucen la etiqueta medioambiental Cero Emisiones de la DGT. Este distintivo es el más exigente en materia de restricciones a la movilidad, por encima del Eco, el B o el C. Los dos últimos van a ver muy limitadas sus opciones de circulación en los próximos años. Y no solo en esta comunidad, también en el resto de España.

Por este motivo, cada vez más profesionales del sector se interesan por los taxis eléctricos o electrificados. A día de hoy solo el 3,42% de los vehículos que prestan servicio como taxis son eléctricos o híbridos enchufables con más de 40 kilómetros de autonomía en modo eléctrico.

Todavía es una cifra baja, pero que está en crecimiento desde hace años. De hecho, en 2021 y 2022 se sumaron respectivamente 114 y 183 unidades a esta cifra. Y a cierre de 2023 se han incorporado 209 unidades más.

Si nos fijamos en modelos concretos, el vehículo más vendido entre los taxistas madrileños en 2023 fue el Tesla Model Y, pero el más presente en la flota es el Tesla Model 3. Otras compañías que también apuestan por la movilidad eléctrica son Hyundai, Renault, Nissan, Kia, Skoda, Mercedes o Citroen, pero todas ellas con menos peso específico que el fabricante norteamericano.

Vehículos más económicos… a largo plazo

Un informe de Webfleet, la solución de gestión de flotas de Bridgestone, afirma que las empresas con vehículos eléctricos logran un ahorro medio de 3.599 euros por vehículo y año. A esto se suma los más de 5.600 litros de combustible y su traducción en emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera de cada vehículo.

Estos datos son muy tentadores para los conductores profesionales, especialmente para taxistas, transporte de pasajeros en entornos urbanos y distribución de última milla. En el caso concreto de los taxistas, las estimaciones hablan de un ahorro de 9.675 euros por cada 88.000 kilómetros.

Sin embargo, muchos profesionales todavía están recelosos de la fuerte inversión que supone hacerse con uno de estos vehículos, ya que los coches más accesibles con este tipo de motorización que resulten atractivos para los taxistas tienen un precio mínimo que ronda los 50.000 euros.

Presencia baja de electrolineras y el precio de la electricidad

Otro de los motivos que todavía impide el crecimiento exponencial de los coches eléctricos es la baja presencia de electrolineras. En toda la Comunidad de Madrid hay 1.793 puntos de carga, según el cálculo de Electromaps. Esta cifra, que parece muy alta, está muy desdibujada por los puntos en los núcleos urbanos. Una vez se sale a carretera, la presencia de electrolineras no es tan constante.

Del mismo modo, la recarga de un vehículo lleva más tiempo que repostar gasolina, aunque ya muchos modelos incluyen sistemas de carga rápida para agilizar esta operación. En este sentido, el mercado ofrece soluciones interesantes que invitan a mostrar más interés por los coches eléctricos.

Así, el lanzamiento de un nuevo cargador para cargar tu taxi en cualquier sitio te ofrece la posibilidad de conseguir más autonomía en cualquier lugar donde haya un enchufe. Se trata de un dispositivo compacto y eficiente con el que lograrás mantener tu taxi eléctrico en funcionamiento sin depender exclusivamente de las estaciones de carga.

El otro gran obstáculo a salvar por los coches eléctricos es el precio de la electricidad. Por suerte, las tarifas eléctricas actuales en España están entre las más bajas de Europa. Algunos taxistas aseguran ahorrar más de 500 euros al mes en combustible, lo que les da para pagar la electricidad y las cuotas del vehículo.

Las ayudas al vehículo eléctrico

Otro punto a favor de la movilidad eléctrica es que su compra está subvencionada por parte de las administraciones. En el caso de Madrid, su plan Madrid 360 ofrece hasta 6.0000 euros por la adquisición de un vehículo nuevo Cero emisiones y 3.000 por uno ECO.

A esto hay que sumar 2.500 euros extra si se entrega un vehículo sin distintivo ambiental, que son los que tienen motor de gasolina matriculado antes del año 2000 o diésel matriculado antes de 2006. Esta misma cantidad se obtiene por la compra de vehículos tipo C si se achatarra un vehículo de entre los más contaminantes.

En definitiva, la transición hacia una movilidad más sostenible invita a reflexionar sobre cuál es la mejor opción, sabiendo que los vehículos de combustión pueden tener los años contados. No obstante, en esta nueva era hay que valorar también otras cuestiones como la autonomía de los coches, la inversión inicial o las restricciones para acceder a las ciudades.