Polémica visita de los condes de Wessex a Gibraltar. Exteriores trató de impedir por todos los medios que inauguraran la nueva terminal del aeropuerto ubicada en territorio español

La última baza fue una carta directa de García-Margallo a su homólogo inglés William Hague, pero ni Londres ni el Gibraltar cambiaron los planes. El ministerio de Asuntos Exteriores intentó, sin éxito, y hasta el último día, evitar que los condes de Wessex inauguraran la nueva terminal del aeropuerto del Peñón ubicada en tierras españolas.

Desde que conoció la visita del príncipe Eduardo de Inglaterra y su mujer Sophie a Gibraltar para conmemorar el 60 aniversario de la llegada al trono de la reina Isabel II, el ministerio de Asuntos Exteriores español ha mostrado, tanto de forma pública como privada, su “desacuerdo” con este viaje, que se produce en plena crisis diplomática a cuenta de las aguas del Estrecho.

Sin embargo, la disputa de los pescadores españoles por poder faenar en las aguas de la bahía de Algeciras no ha sido la única razón por la que el Gobierno se ha mostrado en desacuerdo con la visita de los condes de Wessex: según ha sabido El Confidencial Digital, en La Moncloa y en Asuntos Exteriores se recibió con indignación la inauguración de una nueva terminal del aeropuerto del Peñón ubicada en tierras españolas.

En concreto, “las nuevas instalaciones están situadas en la llamada zona del ‘istmo’, un enclave que pertenece a España y que desde hace 100 años se atribuye Gibraltar, después de que lo ocuparan aprovechando que permitimos la construcción de campamentos para asistir a la población afectada por una epidemia de fiebre amarilla”.

Reuniones, llamadas y cartas infructuosas

Las fuentes gubernamentales consultadas por este diario afirman que José Manuel García-Margallo y su equipo “intentaron impedir por todos los cauces diplomáticos la celebración de esa inauguración, pero Londres y Gibraltar han hecho oídos sordos a nuestras comunicaciones”.

El primer intento de acercar posturas con el Gobierno británico se produjo el martes de la semana pasada, cuando el director general de Política Exterior, Santiago Cabanas, convocó en el Ministerio al embajador británico en Madrid, Giles Paxman, para trasladarle el "disgusto y malestar" del Gobierno español ante esta visita.

La postura de Gibraltar no cambió pese a la conversación cara a cara que mantuvieron ambos diplomáticos, y que se repitió días después telefónicamente por orden de José Manuel García-Margallo al comprobar que la inauguración de la terminal seguía en la agenda de los duques de Wessex.

Fuentes bien situadas en el ministerio de Asuntos Exteriores explican a ECD que, ante la actitud del Gobierno británico, “el propio García-Margallo envió una carta firmada por él, y dirigida a su homólogo William Hague, para expresar su enfado por la visita del príncipe Eduardo a Gibraltar y por mantener un acto político en suelo español”.

 

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