Los prohombres socialistas están ‘echando’ a Zapatero. Las declaraciones de Chaves, Blanco o Felipe González se interpretan como una invitación a marcharse

Días atrás, Felipe González, antes unas afirmaciones de Zapatero en las que daba a entender que él decidiría si encabezaba o no las candidaturas, le ‘matizó’ diciendo que ése (la nominación del candidato) es una decisión “de los órganos del partido”.

A principios de semana, José Blanco dio como posible que el actual líder del PSOE no sea quien ocupe el número uno en las generales de 2012, cuando declaró públicamente: “Si Zapatero diera un paso atrás, Rubalcaba es una opción”. La simple asunción de que podría no presentarse se considera otro empujón para que en efecto no lo haga.

Ayer, en Radio Nacional, Manuel Chaves, presidente del PSOE y vicepresidente tercero del Gobierno, afirmó: “Yo hubiera preferido que hubiera seguido Zapatero”, y añadió que “hay que afrontar con absoluta normalidad la posibilidad de otro candidato”.

Estas palabras de Chaves se producen tres días después de que, tal como informó El Confidencial Digital, hubiera mantenido un discreto almuerzo a solas con Felipe González –ver noticia-.

Patxi López, en Telecinco, declaró ayer que el PSOE “tiene grandes dirigentes que pueden ser cabeza de cartel, empezando por el propio José Luis Rodríguez Zapatero”, y que, en caso de que él decidiera no serlo, “Alfredo Pérez Rubalcaba es un extraordinario cabeza de cartel para el PSOE”.

Por si faltara algo, El Mundo abrió edición ayer con esta declaración, atribuida a “un alto cargo del PSOE”: “No cabe ninguna duda, el candidato será Rubalcaba”.

En ámbitos socialistas se interpreta esta cascada de declaraciones como una presión indirecta a Zapatero para que no se presente a las elecciones.