Los proyectos del Gobierno en la presidencia europea evitarán temáticas polémicas para que el PP pueda asumirlas si llega a La Moncloa

El Gobierno continúa sumido en preparar la presidencia de la Unión Europea (UE). El presidente, Pedro Sánchez, ostentará el cargo desde el próximo 1 de julio. Aunque todo sigue en marcha a pesar del adelanto electoral —un equipo de trabajo organiza la gira de 25 reuniones que se celebrarán en 25 ciudades españolas—, el anuncio del pasado 29 de mayo sí ha tenido consecuencias en el proceso. Las propuestas que prepara el Ejecutivo durante su mandato comunitario tendrán un perfil abierto, inocuo y de consenso ante la posibilidad de que el Partido Popular tenga que asumir el mando después del verano, según ha podido saber Confidencial Digital de fuentes conocedoras de estos trabajos.

Definir las políticas

Cada país que ocupa la presidencia de la UE debe marcar las líneas de trabajo que considera primordiales. Bajo la dirección de Suecia, en los primeros seis meses de este año se han establecido cuatro prioridades: seguridad, competitividad, transición ecológica y energética, y valores democráticos y el Estado de Derecho. El Consejo Europeo deberá trabajar en estas líneas de actuación.

Prolongar las prioridades de España

El presidente Sánchez tenía previsto comparecen a mediados de julio para anunciar los temas a abordar en el segundo semestre de este año —desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre—. Pero tras los resultados de las elecciones autonómicas y municipales, donde el Partido Socialista perdió la mayoría de su poder institucional, el líder de Ejecutivo dio un giro de 180 grados: adelantó las elecciones de diciembre al 23 de julio.

De modo que los comicios pasan de celebrarse al término de la presidencia europea, a tener lugar justo al inicio. El discurso del presidente se celebraría, en consecuencia, en plena campaña electoral, que comprende del 7 al 21 de julio. El propio Gobierno solicitó retrasarla para que no interfiriera en el 23-J. La comparecencia se realizará, finalmente, en septiembre; con Las Cortes previsiblemente constituidas y el Gobierno cerca de formarse.

De modo que el Ejecutivo continúa estableciendo las prioridades que marcarán el semestre al frente de la presidencia europea, aunque con matices por la posibilidad de un cambio en la Administración antes de finalizar el verano.

Este cargo comunitario es rotatorio: cada seis meses pasa a otro miembro de la UE. Son los Estados quienes ostentan la presidencia, no los gobiernos. Si el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, consigue erigirse como nuevo presidente de la nación, será él quien releve a Sánchez al frente de la presidencia del Consejo de la Unión Europea.

Propuestas de consenso

El giro de guion ha llevado al equipo de Moncloa que trabaja en la presidencia europea a evitar iniciativas polémicas. La idea es evitar que el PP se encuentre con temas incómodos en caso de que Feijóo llegue al Gobierno y deba seguir adelante con los planes establecidos por el Ejecutivo socialista.

Normalmente, las prioridades anunciadas son inocuas: luchar contra la guerra de Ucrania, contra la inflación, paliar el cambio climático... "Temas en los que todos están de acuerdo", señalan fuentes conocedoras de estos trabajos. Francia y otros países que se han sumergido en procesos electorales mientras ostentaban la presidencia europea y han actuado de la misma forma, estableciendo medidas que no impidan el curso del trabajo en caso de que se produjese un cambio de Gobierno.

Las políticas LGTBI: un ejemplo de los objetivos a evitar

Un ejemplo claro son los derechos del colectivo LGTBI: "Deberían evitarse", señalan fuentes cercanas al Ministerio de Exteriores, que dirige todo el trabajo al respecto. También tratarán de esquivar cuestiones que generen discrepancias entre los distintos países europeos y, de nuevo, los derechos de este colectivo sirven de hipótesis: "Se trataría de un objetivo que en el PP no verían con buenos ojos teniendo a Viktor Orban en Hungría", añaden las fuentes consultadas.

Influencia de la Comisión Europea

El rumbo, además, suele estar bajo supervisión del Ejecutivo Europeo. La influencia de las políticas comunitarias suelen ser fundamentales a la hora de que los Estados miembro elijan sus prioridades políticas. La guerra en Ucrania es un ejemplo de ello.

La Comisión 'marca agenda' y los países suelen seguir la senda que apunta el máximo organismo de la UE. "No te puedes poner a hablar de las fresas de Huelva", especifican otras fuentes gubernamentales. Los temas a abordar, por tanto, no serán cuestiones novedosas, sino ya mencionada y abordadas por las instituciones europeas.