Puigdemont exigirá a Sánchez ser el interlocutor de Junts como condición para empezar a negociar
Busca una “rehabilitación pública” y quitar a ERC el protagonismo en los contactos para formar mayoría de gobierno. Salvador Illa se perfila como ‘representante’ del PSOE
- “Rehabilitación pública”
- Que ERC no acapare el protagonismo
- Rechazo a las exigencias de Junts
- El PSC se dispara en Cataluña
Sumar ha movido la primera ficha en las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Y lo ha hecho intentándolo en el flanco más difícil: Junts. Lo ha encargado a Jaume Asens, el dirigente de los Comunes que mejor relación mantiene con Carles Puigdemont, quien ha exigido ser el interlocutor en las conversaciones.
Según ha podido saber Confidencial Digital, el espacio neoconvergente quiere volver al escenario político -que ha monopolizado Esquerra en la última legislatura- y lanzará una propuesta a los socialistas en los próximos días.
Presentará un paquete de exigencias, difíciles de asumir para el PSOE, que incluye el reconocimiento de Carles Puigdemont como interlocutor como condición para empezar a negociar la investidura de Sánchez. El ex president está a la espera de que la justicia belga decida sobre su extradición,
La posición es compartida por sus grupos parlamentarios en el Congreso y en el Parlament, los políticos condenados por el ‘procés’ y el propio Puigdemont.
“Rehabilitación pública”
Según fuentes próximas al ex president, consultadas por ECD, Puigdemont busca que, de esa forma, Pedro Sánchez contribuya a su “rehabilitación pública”.
La dirección del partido independentista, que sigue reivindicando a Carles Puigdemont como “presidente legítimo de Cataluña” y decide sus estrategias en visitas periódicas al dirigente prófugo en su residencia belga de Waterloo, ha reiterado este lunes que el precio que el líder del PSOE tendría que pagar por el apoyo de Junts es “la amnistía y el derecho de autodeterminación”.
Que ERC no acapare el protagonismo
Puigdemont busca con esa interlocución directa evitar que ERC acapare todo el protagonismo en la negociación de la investidura, tras perder seis escaños en el Congreso de los Diputados.
No descarta regresar a una posición de bloqueo al Estado y señalamiento a los republicanos, si estima que el rédito obtenido en las conversaciones con el PSOE no le permite promocionarse ante el electorado separatista como el responsable de haber conseguido doblegar a Sánchez.
Los CDR van a volver a actuar también en sintonía con Puigdemont, quien contempla esa baza para influir en la investidura. La relación entre Junts y Esquerra está instalada en la misma desconfianza mutua que alienta desde hace meses la posibilidad de un adelanto electoral en Cataluña.
Rechazo a las exigencias de Junts
Fuentes de la dirección del PSOE frenan las conversaciones de Sumar con Junts. Apuestan porque sea el primer secretario del PSC, Salvador Illa, quien lidere en las próximas semanas las negociaciones en nombre del socio mayoritario del Gobierno de coalición.
Por lo pronto, Illa ha pedido a Junts que esté a la altura de las circunstancias, y ha sostenido que en Francia y en Alemania, en este momento complejo, se ha hecho la lectura de que el 23-J ha servido para frenar a la extrema derecha.
El socialista, líder de la oposición en Cataluña, se ha mostrado tajante en las últimas horas ante la petición del partido de Carles Puigdemont de reclamar la autodeterminación y la amnistía para una eventual investidura de Pedro Sánchez.
“La piedra angular en toda democracia es el respeto al Estado de derecho”, respondió sin querer abordar la decisión de la Fiscalía de solicitar la detención de Puigdemont. “Son decisiones que toma el poder judicial y no hay nada más que decir”.
El PSC se dispara en Cataluña
En el PSOE destacan que las elecciones han dejado un mensaje en claro en Cataluña a favor de la “convivencia, del diálogo y del camino abierto en contra de la división”. “Son resultados nítidos y claros. La ciudadanía se ha expresado de forma inequívoca. Los números lo avalan”, defienden los socialistas.
Por primera vez desde 2008, el PSC ha ganado los comicios, con el 34,5% de los votos y 1,2 millones de sufragios. El resultado es histórico, porque aporta al conjunto del socialismo español 19 escaños y aumenta en tres el diferencial con el PP: si era de 10 ahora pasa a ser de 13, y en 700.000 votos.
Los socialistas catalanes siempre han denostado el bloqueo que propugna Junts, y han reivindicado que, dentro de los márgenes del Estado de Derecho, han avanzado en el diálogo con decisiones que han mejorado la situación en Cataluña, en alusión a los indultos.
Hay que recordar que el PSC acaba de firmar pactos con Junts en ayuntamientos y diputaciones tras las elecciones municipales.
