Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad

Desde hace diez años el número de mujeres y parejas que recurre a estas terapias no ha dejado de aumentar. Tras la pandemia, el fenómeno se ha acentuado.

Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.
Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.
  1. Acentuación tras la pandemia
  2. Las terapias grupales a la orden del día 
  3. Los efectos de la infertilidad en la pareja
  4. El papel de la sociedad
  5. Los altos costes de los tratamientos
Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.
Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.

El pasado 4 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe en el que alertaba que un 17,5%, alrededor de uno de cada seis adultos en el mundo, padecen esterilidad en algún momento de su vida.

Se entiende por esterilidad al trastorno del aparato reproductor, masculino o femenino, ante la incapacidad para lograr el embarazo tras 12 meses o más manteniendo relaciones sexuales regulares sin ningún tipo de protección, según la OMS.

Por otro lado, la infertilidad, entendida por los expertos como la imposibilidad de conseguir finalizar la gestación con un recién nacido vivo, también es un problema que afecta a 48 millones de parejas y 186 millones de personas en todo el mundo, según esta misma organización.

Angustia, desesperación, dudas, cambios de humor…en conclusión, malestar mental y psicosocial son las consecuencias directas más comunes que una persona, ya sea hombre o mujer, sufre cuando no es capaz de tener hijos.

Los expertos indican que en España el número de casos tanto de infertilidad como de esterilidad ha aumentado potencialmente con el paso de los años. Ellos destacan que todo parece indicar que este incremento se debe al retraso en la edad para tener hijos, debido a la precariedad laboral, proyectos antes de ser padres, poca solvencia económica…

“Hace unos años la edad para empezar a intentar quedarse embarazados estaba entre los 32-35 años, pero actualmente la edad media se encuentra en torno a los 40 o incluso 45 años. Entonces se reducen las posibilidades…”, argumenta Raquel Huéscar, Coordinadora del Grupo de Trabajo de Psicología Perinatal del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.

Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.
Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.

Acudir a un psicólogo para tratar los daños mentales desarrollados por los problemas de fertilidad se está empezando a normalizar entre la sociedad, aseguran los profesionales.

De hecho, en estos últimos diez años, el interés por esta rama de la psicología, la perinatal, no ha dejado de aumentar entre los pacientes ni tampoco entre los profesionales que cada vez son más los que se especializan en este campo debido a la alta demanda.

La psicología perinatal estudia todo lo que tiene que ver con el hijo y lo que ocurre alrededor de este proceso. Desde el deseo por tener un niño, el parto, el postparto, la infertilidad, la reproducción asistida con todo lo que ello conlleva, etc., explican desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.

 

Acentuación tras la pandemia

A pesar de que antes de la pandemia las consultas perinatales ya estaban a la orden del día, tras el confinamiento se han disparado, aseguran desde la Sociedad MARES, especializada en salud mental perinatal.

“Por nuestra experiencia sabemos que la pandemia ha agravado sintomatología que ya estaba presente y en el caso de la infertilidad, ha aumentado la incertidumbre y ansiedad relacionada a los tratamientos”, argumentan.

La interrupción de los tratamientos de reproducción asistida sin saber cuándo se iban a volver a iniciar y de si era seguro continuar con ellos tras ese parón fue el motivo principal por el que la desesperación de las mujeres y parejas se agravó durante los peores meses de la pandemia.

Y esto se tradujo en una mayor demanda de asistencia psicológica tras el confinamiento.

Además, no sólo ha aumentado el interés por la psicología perinatal entre los pacientes, sino también entre los pediatras, enfermeras, matronas…"porque lo perinatal es multidisciplinar. Y ellos nos buscan para aprender a tratar a una persona infértil, es decir, para saber qué comentarios utilizar, cómo actuar…”, comenta la psicóloga Huéscar.

De hecho, desde MARES, llevan cuatro años impartiendo un curso de especialización en salud mental reproductiva y perinatal en el que participan profesionales de diferentes ramas de conocimiento (psicología, psiquiatría, enfermería, obstetricia, etc.).

Las terapias grupales a la orden del día 

La psicología perinatal ha avanzado bastante en estos últimos años, y por ello hay terapias de diferentes tipos.

La psicoterapia individual consiste en ir escuchando el discurso que trae el paciente. Conocer el sufrimiento, así cómo entender de dónde surge el deseo de ser padres, si es mutuo o no, o descubrir de dónde viene.

Una vez escuchado al paciente, el profesional trabaja con ellos el dolor, les muestra qué partes de su personalidad se están enredando en esa decisión, qué están abandonando de ellos mismos…explican desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.

Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.
Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.

Sin embargo, también están las terapias grupales, que últimamente están teniendo mucho éxito, sobre todo entre las mujeres, cuentan desde la Asociación Española de Psicología Perinatal (AEPP) a Confidencial Digital.

Es necesario aclarar que hay dos tipos de terapias grupales. Por un lado, los grupos guiados por profesionales de la psicología para acompañar en alguna o en todas las etapas del periodo perinatal. 

Por otro lado, los grupos de apoyo mutuo, que en este caso están guiados, normalmente, por familias, madres, que han pasado por experiencias similares.

Sin embargo, desde AEPP subrayan que los objetivos de estos dos grupos son muy diferentes. Los que están formados por profesionales trabajan estrategias del manejo de la culpa y les dan herramientas para afrontar la realidad, mientras que los otros hacen una labor de acompañamiento

El grueso de los pacientes, sobre todo de los que asisten a las terapias grupales, son mujeres. Las parejas también suelen acudir a las consultas de forma conjunta.

Los hombres son los que menos van en solitario, aunque, según Raquel Huéscar, “si les dejas su espacio, tienen mucho que añadir en este tema porque también lo sufren, pero de otra manera”. 

“Parece que ellos tienen menos derecho a legitimar esos sufrimientos porque siempre se coloca primero el dolor de la mujer al ser su cuerpo”, concluye.

Los efectos de la infertilidad en la pareja

Cuando una pareja empieza a tener problemas para tener hijos, esos problemas también pueden trasladarse a la relación entre ellos.

Pactar los días en los que tienen que tener relaciones sexuales por el nivel de libido, pero por consiguiente se pierde el deseo y el acto se convierte en una rutina, dejar de hacer planes en pareja por los altos costes de la reproducción asistida, pagar tu frustración con el otro… son algunos de los efectos que aparecen en las parejas ante la imposibilidad de quedarse embarazados.

No obstante, apunta la psicóloga, otras parejas se unen ante las adversidades e incluso se fortalece la relación.

El papel de la sociedad

“¿Para cuándo el niño?” o “Al final se os va a pasar el arroz” son comentarios que todo el mundo ha escuchado o ha hecho alguna vez y se dicen desde la inocencia sin intención de hacer daño a nadie.

“Esto es algo que aparece mucho en las consultas”, asegura la psicóloga Huéscar.

Cuando una pareja está teniendo problemas para tener hijos, pero no quiere compartirlo con su entorno, y recibe un comentario de estos, el impacto de cada palabra influye en gran medida en su estado emocional y mental.

Durante las terapias, los profesionales trabajan con los pacientes para darles unas pautas de cómo salir del paso ante esos comentarios para que les afecten lo menos posible.

“Deberíamos hacer un poco de esfuerzo entre todos para evitar los comentarios que se han hecho toda la vida. Hay que pensar un poco la situación por la que pueden estar pasando antes de soltarlos”, recomienda Raquel.

Los altos costes de los tratamientos

Cada vez aparecen formas más novedosas y efectivas de reproducción asistida, pero la mayoría de ellas suponen un desembolso económico que no todas las familias pueden afrontar.

Además, la incertidumbre y la duda de si el tratamiento hará efecto o no siempre está presente.

Intentarlo por la sanidad pública es un proceso bastante lento, teniendo en cuenta que las listas de espera son de dos años. Además, la edad máxima para entrar en los tratamientos de reproducción asistida es de 40 años, excepto en la Comunidad de Madrid que es hasta los 45 años, explica la experta en psicología perinatal. 

“A veces esperando para el tratamiento se te pasa incluso la edad”, añade.

En cuanto a la salud mental perinatal (embarazo y posparto) hay diferentes servicios públicos y privados que ofrecen atención, por ejemplo la Unidad de Salud Mental perinatal del hospital clínico de Barcelona o el Hospital Universitario Dexeus. 

No obstante, estas unidades son algo casi anecdótico y en España todavía faltan muchas iniciativas para que la atención a la salud mental perinatal esté integrada en todos los servicios públicos, explican desde la Sociedad MARES a Confidencial Digital.

“Hasta donde yo conozco en las Unidades de Reproducción Humana de los servicios públicos del Sistema Nacional de Salud no se dispone de la figura de psicólogo/a perinatal”, apunta Verónica Martínez Borba, miembro de MARES.

Raquel Huéscar incide en la importancia de cuidar todos los aspectos psicológicos que rodean al proceso de tener un hijo, es decir, cómo se vive el embarazo, las primeras etapas, el nacimiento, la forma de concebirlo…porque afectan directamente al niño, y pueden ser el origen de los problemas que tenga en la adolescencia.

“Invertir en salud mental perinatal, es ahorrar para el futuro”, concluye la psicóloga Huéscar.

Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.
Se disparan las consultas para afrontar los daños psicológicos por los problemas de fertilidad.

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