Las perforaciones para los piercing pasarán a ser competencia de los profesionales sanitarios
El Certificado de Profesionalidad como tatuador deja fuera esa práctica. La asociación mayoritaria del sector prevé que sean las enfermeras estéticas
- Competencia a través del curso higiénico-sanitario
- El personal sanitario en contra
- Los piercing en los genitales y el aumento de las ETS
Los piercing y los tatuajes siempre han ido de la mano, es decir, en las tiendas de tatuajes siempre, o casi siempre, hay tatuadores y perforadores, profesionales que se encargan de hacer las perforaciones cutáneas.
A raíz del auge de los tatuajes entre la población, la práctica de tatuar comenzó a estar muy vigilada y controlada de acuerdo a unas normativas y regulaciones, mientras que la regulación de los piercing se ha ido quedando más en el limbo. Pigmentos y tintas homologadas, máquinas certificadas, agujas esterilizadas, camilla desinfectada, guantes…
De hecho, como ya contó ECD en otra noticia, en Andalucía ya obligan a los tatuadores a estar en posesión del Certificado de Profesionalidad de tatuador para poder seguir ejerciendo.
Un punto importante de dicha formación es que deja fuera la competencia de hacer perforaciones cutáneas en cualquier parte del cuerpo. Esto significa que los poseedores de este certificado no pueden hacer piercing, entonces ¿Quiénes los van a hacer a partir de ahora?
Competencia a través del curso higiénico-sanitario
Hasta el momento en la mayoría de las comunidades autónomas sigue vigente el curso higiénico-sanitario. Un certificado que tienen que tener obligatoriamente todos los tatuadores y perforadores para poder practicar su profesión. Les dota de las medidas necesarias para preservar la seguridad e higiene tanto del cliente como del profesional.
Sin embargo, desde la Asociación Nacional de Micropigmentación, Tatuajes y Piercing (ANMTP), prevén que el futuro de los perforadores pende de un hilo ya que a través de los certificados de profesionalidad como tatuador, ya requeridos en Andalucía y que empezará a expandirse por el resto de comunidades, no se contempla la posibilidad de hacer perforaciones.
Esto significa que dicha actividad será competencia de otra profesión. Mar, la presidenta de ANMTP, apuesta por las enfermeras. “O bien las enfermeras se especializan en estética y ofrecen este servicio en sus clínicas o en los establecimientos de tatuajes que cumplan con las medidas sanitarias indicadas contraten a enfermeras para que hagan las perforaciones”.
Sin embargo, desde la asociación desconocen cuándo se establecerá esta medida porque se tiene que regular a través de un decreto que hasta la fecha no está previsto.
El personal sanitario en contra
Desde que se aprobó la obligatoriedad de poseer tan sólo el curso higiénico-sanitario para poder tatuar y hacer piercing, el personal sanitario ha estado en contra porque considera que esta formación no es suficiente y que atravesar la piel con una aguja conlleva bastantes más riesgos que hacer un tatuaje.
“Los únicos que podemos pinchar somos el personal sanitario, concretamente las enfermeras, los médicos y los odontólogos. Entonces, ¿por qué hay gente pinchando sin ser personal sanitario?”, argumenta Carmen García, la vicepresidenta de la Sociedad Española de Enfermería Dermoestética (SEED).
Además de la formación, esta apunta que los centros donde se realizan estas prácticas no cumplen con todas las medidas higiénicas que deberían. “En la mayoría de estos establecimientos hay plantas que pueden tener insectos los cuáles transmiten infecciones a las personas”.
El tercer punto que argumentan desde SEED es la peligrosidad que conllevan estas prácticas. Al atravesar un tejido puedes también pinchar un nervio o una vena más o menos importante, dependiendo de la zona donde se haga el piercing, y producir una hemorragia.
La asociación mayoritaria del sector también incide en este último punto. “Para hacer perforaciones el conocimiento anatómico es muy importante”.
Desde SEED no sólo ponen el foco en los locales de tatuajes sino también en farmacias o tiendas de bisutería. En estos dos últimos establecimientos suelen hacerlos con pistolas automáticas que a la misma vez que hacen el agujero ponen el pendiente porque es el propio pendiente el que tiene la aguja.
Los piercing en los genitales y el aumento de las ETS
Una de las prácticas que más le preocupa a la enfermera García son las perforaciones en las partes íntimas tanto del hombre como de la mujer. Ya no sólo por el riesgo que conlleva perforar dichas zonas tan delicadas y con tantos nervios, sino por el aumento de las enfermedades de transmisión sexual.
“Debido a que cada vez se están registrando más ETS, una mala desinfección o esterilización de las pinzas o de la camilla puede derivar en la transmisión de una infección de transmisión sexual”, concluye la vicepresidenta de SEED.
