Los sanitarios avisan del peligro de las varices no diagnosticadas

El 84,1% de los profesionales consideran que esta patología está infratratada según la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria

Los sanitarios avisan del peligro de las varices no diagnosticadas.
  1. El 85% la considera una enfermedad infradiagnosticada
  2. Las mujeres son las que más la padecen
  3. Descanso nocturno con diferencia de alturas
Imagen de un paciente con enfermedad venosa crónica. Fuente: Semergen.
Imagen de un paciente con enfermedad venosa crónica. Fuente: Semergen.

La enfermedad venosa crónica (EVC), conocida por la gran parte de la población como varices, es una patología que actualmente preocupa bastante a los profesionales sanitarios.

El dolor, la pesadez, los calambres, la hinchazón, el picor en las piernas…son algunos de los síntomas que sufren estos pacientes y que se acentúan a partir de abril, durante los meses de primavera y verano, debido a la subida de las temperaturas.

Como su nombre bien indica es una enfermedad crónica, es decir, no se cura, por lo que los síntomas siempre están presentes, pero durante esta época aumentan.

La EVC está considerada como la entidad más prevalente dentro de la patología vascular. Además, es una enfermedad que afecta gravemente a la calidad de vida de las personas que lo sufren y supone un problema de salud pública de gran magnitud por las consecuencias socio-sanitarias que entraña, según explican los especialistas en vasculopatías.

Esta consiste en una alteración y deterioro de las válvulas de las venas desde el punto de vista estructural y funcional con un aumento de la presión venosa. Por este motivo, la alteración que ya existe en las venas previamente aumenta mucho más con el ascenso de las temperaturas.

El último estudio que analiza la prevalencia de la EVC en España data del año 2013, “Prevalencia y características clínicas de la enfermedad venosa crónica en pacientes atendidos en Atención Primaria en España: resultados del estudio internacional Vein Consult Program”, estima que casi la mitad, un 48,5%, de los pacientes tomados como objeto de estudio (19.800 personas con 20 años o más) presentaba algún síntoma de EVC.

El 85% la considera una enfermedad infradiagnosticada

El Grupo de Trabajo de Vasculopatías de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), coordinado por el médico Manuel Frías Vargas, ha realizado una encuesta a 300 profesionales sanitarios, urgenciólogos, médicos, cirujanos…, tratando diferentes cuestiones acerca de esta enfermedad.

A pesar de que la encuesta aún no se ha publicado en la revista científica de Semergen, el especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Frías Vargas ha compartido a Confidencial Digital los resultados que él considera más alarmantes.

Una de las cuestiones que aborda es si consideran o no si esta enfermedad está infradiagnosticada en Atención Primaria. A lo que un 85% de los encuestados respondieron que sí y tan sólo un 11,3% dijeron que no.

 

La segunda cuestión que también preocupa al doctor es que además de estar infradiagnosticada, el 84,1% considera que también está infratratada y tan sólo un 7% niega esta afirmación.

La diferencia entre infradiagnosticada e infratratada es que el primer término se refiere a que en Atención Primaria no se diagnostican todos los casos que realmente hay porque la población no le da la suficiente importancia y no acude al médico, de hecho “lo ven como un problema meramente estético” destaca el especialista, y el segundo término hace referencia a la falta de derivación con un especialista o inicio de un tratamiento más específico.

De hecho, en el estudio antes mencionado, tan sólo a un 7% se le consideró necesaria la derivación al especialista y a un 4% se le recomendó el tratamiento de escleroterapia, ablación endotérmica o cirugía.

La tercera cuestión que ha destacado Manuel a Confidencial Digital es si los facultativos encuestados conocían o no la clasificación CEAP para catalogar el grado clínico de gravedad en el que se encuentra la enfermedad. Y en caso afirmativo, si la utilizaban en su práctica clínica habitual o no.

La respuesta está algo más repartida que las dos anteriores, pero los datos también son preocupantes ya que tan sólo el 24,7% la conoce y la utiliza, mientras que el 28,3% la conoce, pero no la utiliza, y el 47% directamente no la conoce.

Dicha clasificación va desde el grado clínico 0 “sin signos clínicos” hasta el grado clínico 6 “úlceras activas”, pasando por, de menor a mayor gravedad, “venas reticulares”, “venas varicosas”, “edema”, “cambios cutáneos” y “úlceras cicatrizadas”.

Las mujeres son las que más la padecen

Hay una serie de riesgos que hacen que aumenten las posibilidades de sufrir dicha enfermedad, la anatomía, el estilo de vida y los antecedentes familiares.

A pesar de que el “70% de los mayores de 16 años padecen algún problema de enfermedad venosa crónica, de cualquier tipo de grado clínico”, apunta el coordinador de vasculopatías de Semergen, a partir de los 65 años este riesgo aumenta exponencialmente.

En cuanto al género, las mujeres lo padecen más que los hombres ya que el embarazo, la toma de anticonceptivos orales y el tema hormonal son factores de riesgos propios de este sexo.

Además, la raza caucásica también tiene más porcentaje de sufrir dicha enfermedad que por ejemplo los africanos.

En cuanto a los antecedentes familiares, en el estudio mencionado anteriormente, un 40% de los pacientes los tenían.

Por último, y de hecho el riesgo más importante, es el estilo de vida. El sedentarismo, el tabaco, el calor, no seguir una dieta equilibrada, no practicar ejercicio…son algunos de ellos.

Descanso nocturno con diferencia de alturas

Realizar ejercicios que mejoran el retorno venoso, llevar calzado que respete la dinámica normal del pie, reposar con los pies en alto durante 30 minutos unas tres o cuatro veces al día, duchas frías en los pies y tobillos...son algunas de las recomendaciones que dan desde Semergen para que los pacientes con EVC puedan llevar una mejor calidad de vida.

También aconsejan un descanso nocturno en la misma posición, estableciendo una diferencia de altura entre los pies y la cabeza de unos 15 cm.

En cuanto a las terapias, en función del grado clínico, se recomiendan unas u otras. La terapia compresiva, medias elásticas que ejercen presión en las piernas para facilitar el bien funcionamiento del sistema venoso y para que la sangre ascienda de forma correcta.

También es muy importante la terapia farmacológica que puede mejorar los principales síntomas en cualquier etapa de la EVC, según la evidencia científica actual, añadida a la terapia compresiva. Como extremo está el tratamiento quirúrgico que puede ser necesario en algunos casos con diferentes técnicas.

Paciente con enfermedad venosa crónica. Fuente: Semergen.
Paciente con enfermedad venosa crónica. Fuente: Semergen.

Video del día

Detenida en Madrid una kamikaze borracha y
con un kilo de cocaína en el maletero
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato