Javier Fumero

Miedito a las fiestas en Moncloa: tengo mis razones

No me fío un pelo. No me fío. Ya saben aquello de “con nocturnidad y alevosía”. Pues eso. Llegan las fiestas, turnos de vacaciones, se levanta el pie del acelerador, el personal está más relajado... y ¡zás!... el Gobierno nos sorprende con una de las suyas.

Recuerdo dos precedentes formidables, asombrosos, relacionados con la regulación del sector televisivo. Uno lo protagonizó el Ejecutivo del PSOE y otro, más reciente, tuvo como promotor al gobierno del PP.

Por partes:

a) Miguel Sebastián aprovechó el inicio de la Semana Santa de 2009 para anunciar que el Ministerio de Industria daba luz verde a la TDT de pago. No hubo rueda de prensa, ni comparecencia. La noticia se despachó con un escueto comunicado que pilló a todo el mundo a contrapié.

¿Por qué tanto misterio? Esta medida permitía a Mediapro rentabilizar la enorme inversión efectuada para la compra de los derechos de retransmisión de los partidos de la Liga Profesional de Fútbol.

La compañía de Jaume Roures llevaba meses de negociaciones infructuosas, intentando colocar estos derechos a operadoras de televisión digital de pago como Telefónica y Ono a través Gol TV. Esfuerzos que no sirvieron para nada por el monopolio de Prisa y su Digital+, que impedía cualquier rentabilidad.

El Gobierno Zapatero acudió a socorrerle pero de forma discreta, sin armar mucho ruido, por la puerta de atrás.

b) El Gobierno Rajoy aprovechó la penúltima semana del mes de agosto de 2012 para anunciar que rebajaba las duras condiciones impuestas por Competencia para la fusión entre Antena3 y laSexta. Fue un anuncio que revolucionó el sector y muy poco lo esperaban. De hecho, la operación estaba a punto de descarrilar: las cuentas no cuadraban sin esta modificación.

Sin embargo, aprovechando la canícula del verano, hubo gestiones y movimientos discretos que llegaron a buen puerto hasta culminar en la revisión promovida desde el Ministerio de Economía.

 

Por todo lo dicho, quizás no estaría mal quedarse estos días en posición de atentos. Por si acaso.

Porque sobre la mesa hay un desafío no pequeño para el Ejecutivo. El Tribunal Supremo acaba de apremiar a los principales operadores televisivos para que se desprendan de canales que fueron mal adjudicados: Atresmedia debe ceder tres; Mediaset, dos; Unidad Editorial, dos; y Net TV, otros dos.

Sin embargo, los directivos de las principales compañías (que cotizan en Bolsa) llevan semanas de contacto permanente con el Gobierno para que Moncloa solucione esta papeleta. ¿Cómo? Dejándoles decidir a ellos, según estrictos criterios de rentabilidad, qué canales quieren ceder y cuáles no. Se prepara para ello una disposición a medida.

El asunto está en el horno. Veremos si se sirve en plena Nochebuena, durante el cotillón o en medio de la Cabalgata de Sus Majestades. Miedito me da.

Más en twitter: @javierfumero

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