Javier Fumero

La tripita de Sara

No lo entiendo. Digo, a los famosos al estilo Iker Casillas. Anda ocupado el futbolista español –con toda legitimidad, por cierto- en preservar su intimidad a toda costa. Pero de repente, va y cuelga en Instagram una foto con la tripita de Sara Carbonero. Que alguien me lo explique.


Cada cual debe gestionar su vida cómo le parezca más oportuno. Está claro. Pero esto no parece muy lógico. Es como si el portero del Real Madrid se debatiera entre dos pulsiones: a) proteger su vida privada de la intrusión de extraños y b) sacar partido (económico) a la marca Casillas.

Lo primero exige un perfil bajo, coherencia, disciplina, marcar un territorio y articular medidas para evitar que nadie se salte la línea.

Lo segundo sólo es posible abriendo rendijas. Nadie se entusiasma con un famoso con perfil en twitter, facebook o instagram que sea políticamente correcto, formal y frío. El fan demanda contenidos originales, cierto tomate, carnaza, picante... no sucedáneos. Material para retuitear que merezca la pena el seguimiento.

Y en esas se encuentra Iker Casillas. Pasteleando entre dos aguas. Lejos los fotógrafos y paparazzis, la prensa del corazón y las tertulias de cotilleo; guerra a los trolls de twitter y facebook... y la publicación de los patucos del bebé que está viniendo o la tripita de Sara Carbonero.

Hay dos dichos muy gráficos que sintetizan perfectamente lo que puede suceder en casos como éste: “el que siembra vientos recoge tempestades” y “de aquellos polvos, estos lodos”.

Más en twitter: @javierfumero

 
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