José Apezarena

Réquiem por el socialismo

La historia del socialismo, como ideología y como opción política de gobierno, es larga, centenaria. En Europa, y por supuesto en España.

Como toda realización histórica, como toda obra humana, presenta abundantes luces pero también abundantes sombras, bien conocidas. Normal.

Lo relevante es la pervivencia de esa ideología y el destacado papel desempeñado en las distintas naciones donde ha estado presente. Un extenso legado que teóricamente fundamentaría un futuro prácticamente ilimitado.

Sin embargo, esto último hoy ya no resulta evidente. Al contrario, el socialismo europeo se encuentra inmerso en una tremenda crisis de identidad. Hay perplejidad, desconcierto, pero sobre todo pesimismo, porque recuerdan casos como su práctica desaparición en países como Grecia, donde gobernó durante años.

La epidemia se ha trasladado ahora a Francia. Los socialistas han entrado en una profunda crisis, que se ha reflejado en los resultados electorales últimos, pero sobre todo en las dudas sobre si habrá llegado el final del socialismo como concreta opción política, como partido. Los intentos de Manuel Valls por actualizar planteamientos de fondo, estrategias, mensajes, símbolos y lenguajes, son el telón de fondo de esa incertidumbre.

Aquí, en España, algunos han empezado también a entonar el réquiem por el socialismo encarnado en el PSOE, apoyándose en las pésimas perspectivas electorales que pronostican las encuestas más fiables, que les colocan en el entorno de los 80 diputados, su peor resultado en la historia democrática.

Pero el peligro no termina ahí. Porque existe una formación política concreta, Podemos, que se ha propuesto deglutir su espacio ideológico, apropiándose de sus votos y sustituyéndolo de forma absoluta. Le quiere robar la ideología y con ella los diputados, los senadores, los alcaldes, los concejales... hasta llegar a la extinción.

En mi opinión, tal propósito no va a resultar tan sencillo como piensa y busca Pablo Iglesias. Se esconde mucha historia detrás del socialismo español, y cuenta con una amplia base popular, una organización capilar, e incluso un patrimonio político que exhibir con lo realizado por sus gobiernos, que han regido los destinos de este país durante una veintena de años.

Es posible que me equivoque de medio a medio, pero yo no veo ahora esa desaparición del PSOE. Pienso que el réquiem va a tener que esperar.

 

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Twitter: @JoseApezarena


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