Detectives privados para Vox

El panorama de los partidos empieza a parecerse algo a la temporada de "fichajes de invierno", que se desata a finales de año en el mundo del fútbol, cuando los equipos se dedican a buscar refuerzos y completar plantillas.

Porque empiezan a producirse trasvases de políticos, incorporaciones de dirigentes y afiliaciones llamativas. Ahí está el fichaje por Ciudadanos de Silvia Clemente, recién dimitida presidenta de las Cortes de Castilla y León tras haberse enfrentado al líder regional del PP. Y el del ex socialista Joan Mesquida, que será candidato de C`s por Baleares.

El que deberá tener un especial cuidado es Vox, la formación en alza y que, por lo mismo que su implantación no es tan completa, va a necesitar incorporar a bastante gente para llenar las listas electorales próximas: generales, municipales, autonómicas y europeas.

Algún medio llegó a publicar que Vox recurriría a detectives privados para asegurarse de que no se le cuelan personajes indeseados. No solamente por la avalancha de afiliaciones que experimenta desde hace meses, sino sobre todo porque no son pocos los políticos fracasados, descolocados, marginados o depurados, que creen ver en ese partido la posibilidad de ser repescados.

Lo que sí va a hacer Vox es encargar a una empresa externa, de recursos humanos, que examine a sus candidatos, estudie los currículos y aclare sus propósitos, con el fin de evitar "arribistas" que solo buscan beneficiarse de la política, seguir viviendo de ella. El estudio pretende acreditar que sintonizan de verdad con las ideas y programa que defiende el partido. Y que son fiables. La amenaza de la corrupción está ahí detrás.

Es que Vox ha multiplicado por seis y por siete el número de afiliados que contabilizaba hace un año, que entonces no llegaban a los seis mil.

El propio Abascal ha reconocido en público que necesitan "mucha ayuda y muchas manos" para llegar a todos los rincones de España, aunque precisando que solo acogerán a quienes quieran "ser útiles y compartan el programa".

Y también tendrá cuidado en que los paracaidistas, los que tomen tierra ahora en el partido, no marginen a los militantes que llevan tiempo trabajando, en bastantes casos jóvenes con escasa experiencia.

Lo de los "detectives", o sea el recurso a expertos externos para examinar a nuevos militantes, ya lo aplicó Ciudadanos en vísperas de las elecciones locales de 2015, cuando tuvo que cubrir candidaturas por toda España. Con cierto éxito.

Y no lo hizo tanto, en su día, el Podemos de Pablo Iglesias, que, sin demasiado cuidado, incorporó personajes de la base en ayuntamientos, como ocurrió en el de Madrid, algo de lo que después se arrepintieron muchas veces. En su caso apenas hubo filtros. No hubo detectives.

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