Zapatero ya no se fía de Rubalcaba

El viernes, ‘El País’ llevó a portada, como fotografía principal, una imagen de la cumbre hispano-alemana que había traído a Madrid a la famosa canciller. Pero la escena elegida evidenciaba, de nuevo, un trasfondo que no ha pasado inadvertido en La Moncloa, y que ahonda la situación de distanciamiento entre los dos políticos.

 

Si se repasa el periódico y se analiza la foto con atención, lo que se ve es a Angela Merkel dirigiéndose a Rubalcaba, que está a su derecha, mientras ignora a quien tiene a la izquierda, Zapatero, que además aparece con una mirada perdida nada favorecedora. Un observador imparcial concluiría, entre otras cosas, que para la visitante el personaje importante era el vicepresidente, no el presidente.

Celos por culpa de Prisa

El jefe del Gobierno está celoso de su vicepresidente primero, cuando no francamente enfadado, por causa del espléndido tratamiento que aplica el grupo Prisa a Rubalcaba, con portadas, entrevistas de felpudo y gran eco mediático, mientras que a él mismo, a Zapatero, le ponen la proa en artículos, comentarios y editoriales. Y al presidente eso le está sentando como un ‘tiro’. Mucho más aún sabiendo que Rubalcaba tiene, desde hace años, vara muy alta en ese conglomerado mediático.

El recado lanzado por La Moncloa, de que el ‘jefe’ está molesto con su primer ayudante ya ha sido transmitido. Y ha sido recibido por Rubalcaba y su equipo, que han tomado nota. A pesar de lo cual, ha vuelto a producirse un episodio como el de la foto del viernes.

El ‘pacto de intereses mutuos’ que en su día firmaron Zapatero y Rubalcaba, por el cual el titular de Interior se convirtió en mano derecha, está haciendo aguas, también porque el presidente cree que su adjunto corre demasiado y que le están enterrando (políticamente hablando) antes de tiempo.

Rubalcaba, ninguneado

Con esos precedentes, no han pasados inadvertidos dos hechos de estos días, altamente significativos y que parecen enmarcarse en la lucha entre ambos políticos:

 

-Alfredo Pérez Rubalcaba no apareció en la cumbre autonómica que celebró el PSOE en Zaragoza. Siendo, como parecía, la estrella emergente, le dejaron fuera del cónclave.

-Alfredo Pérez Rubalcaba no ha formado parte de la foto de las manos unidas, la de los firmantes del Pacto Social en La Moncloa, con Zapatero, Valeriano Gómez, más los dos sindicalistas y los dos dirigentes empresariales.

La exclusión del vicepresidente primero, que no ha podido apuntarse al supuesto éxito, resulta tanto más llamativa cuanto que él ha sido protagonista principal para lograr ‘desatascar’ la negociación y llevarla a un final feliz.

Que viene el faisán

Alfredo Pérez Rubalcaba no atraviesa en esta temporada sus mejores días, a cuenta sobre todo del ‘caso Faisán’, el chivatazo a ETA que ahora se ha reactivado merced a la diligencia del juez Ruz. El episodio en concreto ocurrió el 4 de mayo de 2006, y apenas un mes antes, el 11 de abril, Rubalcaba había llegado al ministerio del Interior, hacia donde ahora se dirigen las pesquisas.

Las acusaciones no son cualquier cosa: colaboración con banda armada (está penado con hasta nueve años de prisión) y revelación de secreto.

¿Qué es lo que ha cambiado, en el susodicho caso, cinco años después? Primeramente, que Baltasar Garzón ya no lo lleva, y por tanto no puede seguir durmiendo en un cajón. Segundo, que lo ha asumido un juez que podríamos calificar de ‘normal’. Tercero, que la magistrada francesa Levert, que tras el chivatazo vio cómo caía por tierra una operación de su policía para descabezar a ETA, merced a una llamada telefónica de sus colegas españoles, se había jurado por sus muertos que no enviaría un solo papel mientras Garzón estuviera en la Audiencia Nacional; ya no está, y ha mandado unos documentos decisivos.

La expectación se centra en esos nueve folios que el juez Ruz mantiene bajo secreto de sumario, y que dicen que aclara definitivamente lo que ocurrió, incluyendo las responsabilidades de “un miembro del Gobierno”. Aunque, hay que aclarar, los secretarios de Estado también son “miembros del Gobierno”.

El peligro de la sobre exposición

No obstante, Rubalcaba tiene a su favor que las encuestas concluyen que es mejor candidato que Zapatero. Las expectativas electorales del PSOE mejoran cuando desaparece Zapatero y en su lugar se coloca al vicepresidente. Ese dato lo conocen los barones socialistas, lo cual explica el movimiento interno y casi coordinado para ubicarle como cabeza de cartel.

Desde la derecha, desde el PP, también se tienen esos mismos datos. Pero lo que se les escucha es que el vicepresidente primero está saliendo demasiado y sobre demasiadas cosas, y que puede ser víctima de la sobre exposición. Falta mucho para las generales, y ese ritmo podría provocarle un disgusto serio.

A lo que hay que añadir que, como portavoz del Gobierno, Rubalcaba tampoco está haciendo demasiados amigos. Al menos entre los periodistas que le escuchan al término de los consejos de ministros. No gusta que sea él quien decide que temas se contestan y cuáles no, ha dejado de hacer gracia y, sobre todo, sus evidentes intentos de ridiculizar públicamente a algunos de los que preguntan se pueden volver contra él.

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