El grito de los que callan

Se contaba en la Cadena COPE la historia de aquel radiofonista famoso, muy bueno pero un tanto excesivamente exquisito, que solicitó en directo a uno de los redactores de calle que se escuchara “el sonido del silencio”. Claro, no se escuchó nada.

Y esa anécdota me trae a la memoria, de paso, una terrible y magistral película de Roland Joffé sobre el genocidio de Camboya, titulada “Los gritos del silencio”.

¿Qué a dónde voy? Pues a que hoy, con motivo de la final de la Copa del Rey, que enfrenta a dos clásicos, el Athletic de Bilbao y el Barça, hay unos cuantos que se han propuesto imponer sus gritos.

De entrada, y lamentablemente, ya han impuesto que la atención se haya centrado en si pitarán o no, en si insultarán o no, en lugar de hablar de un evento deportivo tan destacado.

Los que gritan mucho, en este ámbito como en otros, por ejemplo ahora con las movilizaciones en las calles, parece que se llevan el gato al agua. Parece que ellos son los importantes, que ellos son todos. Pero no es así.

Son muchos más los que no gritan, los que no amenazan, los que apuestan por la tolerancia y la convivencia frente a lo violentos y radicales.

Esos son los que importan. Y quizá tenía razón aquel radiofonista, y, frente a los vocingleros y alborotadores, nos falte escuchar el grito de los que callan. Un grito atronador, a pesar de que no se oiga.

 
Comentarios