Qué hijos dejamos a nuestro mundo

Leopoldo Abadía ha dado probadas muestras de finura en el análisis, y de sagacidad a la hora de plantear preguntas y de dar respuestas.

Ha demostrado, también, dotes pedagógicas excelentes, producto, entre otras cosas, de una larga trayectoria como profesor. Además de acreditar muy buena pluma.

Ahora, el autor de la definición de la actual coyuntura como la “crisis Ninja” acaba de dar otra buena puntada.

A propósito de una pregunta recurrente por parte de algunos ciudadanos, sensibilizados por lo que le espera a la humanidad, ha aplicado un rotundo giro, que cambia de modo radical la perspectiva.

En efecto, hay muchos que se plantean el futuro, y en concreto se cuestionan qué mundo vamos a dejar, o estamos dejando, a nuestros hijos.

Abadía ha cambiado el enfoque, devolviendo además la responsabilidad a los mismos que lo plantean. Su propuesta es: No nos preguntemos qué mundo dejamos a nuestros hijos; preguntémonos qué hijos dejamos a nuestro mundo.

Es decir, qué estamos haciendo con quienes serán los siguientes inquilinos de este mundo nuestro.

Es una buena pregunta, que interpela a todos.

 
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