Bochorno en Barcelona

Dios los cría y ellos se juntan y, por si fuera poco, se juntan con un más que mejorable sentido de la oportunidad y. no digamos de la realidad.

Las últimas apariciones públicas de Puigdemont y de Colau, aparte de ser una risa nacional, son un bochorno para la Ciudad Condal

Ada Colau, en Barcelona, va de visita a un certamen al que los jóvenes acuden a informarse de las distintas ofertas académicas y de las posibilidades y caminos que se les ofrecen para su formación, con vistas a al futuro profesional, y se enfrenta con cajas destempladas a dos militares que estaban en el stand del Ejército, precisamente para informar de esos extremos en el seno de nuestras fuerzas armadas. Les dice que no le gusta que estén allí. Vamos que están sobrando y que ella es la dueña y señora de aquello y poco más que los pone en la calle.

Vuelve la Colau por dónde solía en sus cercanos años de ‘escrachista’ avanzada y hasta estaba feliz junto a los de la pancarta, que es en lo que ha estado siempre. Una machada (habrá que decir ‘hembrada’) más de la aguerrida luchadora por las libertades de catalanes y catalanas.

Se ha dicho y escrito que la Colau no tiene ni idea de lo que, en materia de formación, supone el Ejército; de la preparación de los militares y de sus acciones humanitarias. Y es verdad. Pero no hay que argumentar nada para defender el hecho de que el Ministerio de Defensa pueda montar su propia información diga lo que diga la Colau. Es un derecho y poco más hay que hablar.

Casi al mismo tiempo, y aprovechando que Oriol Junqueras había pedido 7.000 millones de euros del fondo de las autonomías para poder camuflar la bancarrota en la que está asumida Cataluña, el inefable Carlos Puigdemont, monta su feria particular en el parlamento de Barcelona y, en algo que denominan ‘sesión monográfica de la pobreza’, nos explica que la situación económica de Cataluña es debida a que el estado español ahoga a los catalanes.

Debe ser que los ahoga en euros para tapar durante el ahogo la vergüenza de una gestión imposible, de robos y de ineptitudes generalizadas, porque Cataluña, además de ser ahogada, ha recibido el 30% de los fondos del FLA, cuando aporta el 19% y tiene 65.000 millones de euros de deuda. Vamos que para ahogo es mucho.

Con la poca educación y mínima información de la una y el fenomenal sentido de la oportunidad del otro para ‘desahogarse’, ya solo falta que en las redes circule alguna broma de Piqué.

 
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