Jesús Hermida: En la Luna hay vendavales

Luego pisamos la Luna con Jesús.

Después, toda una vida dedicada al periodismo, pero a un periodismo distinto, un periodismo que huía de toda rutina y que supo dejar en otros profesionales con una huella que permanecerá siempre.

Le traté más de cerca sus últimos años, dedicado con todo su entusiasmo a la Universidad. Sentado en un plató, enseñando a las nuevas generaciones lo que era un plano y cómo había que ponerse delante de una cámara. Generoso de sus saberes hasta el límite, tímido y celoso de su intimidad, suplía los achaques con un entusiasmo de principiante, una exigencia de jefe estricto y una sonrisa estimulante para todos.

Posiblemente lo más importante que puede hacer un periodista cuando ya se va llegando a la hora del propio ‘cierre’, es transmitir la profesión a los que llegan. Eso lo hizo Jesús Hermida y lo hizo bien.

Muchos dudaron de la realidad de la llegada del hombre a la Luna y pensaban que pudo ser un truco propagandístico de los americanos. Si llegaron, mereció la pena enterarse por la información de Hermida; si fue un truco, mereció la pena creérselo, para tener la oportunidad de escucharle.

Tampoco se sabe muy bien si en la Luna hay agua o no, o qué atmósfera se disfruta allí, o qué vientos corren. Pero lo que es seguro es que hay vendavales. Uno de ellos se llama Jesús Hermida.

Descanse en Paz.

 
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