Nación, 11-M y crisis de Gobierno: ‘Volver a empezar’ en España se está convirtiendo en el deporte nacional

Ahora toca la estructura política del estado de las Autonomías que, dicho así, queda como muy constitucional pero que en realidad es cambiar por que sí. Los ciudadanos ya han dicho en repetidas ocasiones que no tienen el más mínimo interés porque se cambien los estatutos de sus respectivas autonomías, pero eso no parece importar a los políticos a los que eso de volver a empezar les gusta más que comer con los dedos.   Como dice un conspicuo político del Partido Popular, ahora que en mi partido buscan caras nuevas, lo que hay que hacer es desaparecer por un tiempo y presentarte al rato como cara nueva. ¿Coincidirá Bono con esta idea del político “popular”?   Comenzamos el melón por Cataluña y el volver a empezar le está costando un sofocón diario a Maragall, que no puede hacer crisis cuando quiere porque no le dejan y que cuando la hace en realidad “se la hacen”. Pero ya tenemos el estatuto reformado y estamos todos como chicos con zapatos nuevos.   La semana nos ha traído las vueltas a empezar en Andalucía y hora resulta que los que de verdad no quieren saber nada de España son los andaluces y que el estatuto de Cataluña comparado con el que han aprobado el PSOE e Izquierda Unida en el parlamento de Sevilla es como si lo hubiera escrito el Gran Capitán a las puertas de Granada. Ya ni se menciona a España en el contexto andaluz.   Ya verán cómo tenemos que volver a empezar hasta los mapas, porque nos esperan Euskadi y Galicia y Madrid y todas las demás en fila, porque a ver quién es el guapo –político se entiende- que se queda atrás en esto de volver a empezar.   Y vuelve a empezar hasta el Lehendakari que empieza una nueva constitución en Euskadi basada en no se sabe qué derechos históricos, pero por desechar y comenzar otra vez, que no quede.   Penélope era una colegiala del hacer y deshacer, comparada con estos mandatarios nuestros que son unos obsesos del tejer y destejer.   Uno se asombra de que los países de nuestro entorno no hagan y deshagan cada cierto tiempo. ¿Es que los franceses no van a hacer nunca un referéndum para ver si quieren seguir con la República o prefieren que vuelvan los Borbones? Y los suecos, ¿es que no quieren una república? Y los americanos ¿no harían otra Confederación y así podríamos volver a empezar “Lo que el viento se llevó”?   Hasta el Partido Popular quiere que vuelva a empezar la investigación del 11-M o la de la supuesta agresión al ex ministro Bono, aunque ahí, parece que los que volvieron a empezar fueron los policías.   Como ETA ha vuelto a empezar las extorsiones a empresarios -o a lo mejor nunca las acabó del todo- a José Blanco y a Rodríguez Zapatero no les encajan los matasellos ni las fechas. Pues igual hay que empezar en correos y le desmantelan el invento de la nueva sede a Ruiz Gallardón que también ha vuelto a empezar el despacho en la Plaza de la Villa y se lo lleva a Cibeles.   El caso es no estarse quietos.   Hasta la flamante ministra de Educación quiere empezar unas nuevas tradiciones -que eso se lleva mucho- aunque de momento se va a reunir con los rectores para eso de volver a empezar con la reforma universitaria.   Lo que vuelven a empezar son las sospechas de los malpensados y hasta hay quien dice que Bono se quitó de en medio muy a tiempo y antes de las declaraciones de los policías y que Marbella y el estatuto de Chaves se solapan y que Arenas no sabe si aparecer por la Feria de Sevilla o volver a empezar en Madrid y que al ministro de Justicia se lo quieren quitar de en medio y mandarlo a su tierra canaria, para que empiece otra vez allí pero que Juan Fernando López Aguilar sólo quiere aparecer por el Roque Nublo de turismo.   Y esta manía de volver a empezar igual parte de aquello del principio del fin que nos contó el Presidente del Gobierno que está encantado porque ha vuelto a empezar sus relaciones con Angela Merkel… aunque sea con intérprete.

 
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