Por la boca… A Rajoy se le puede pasar el arroz

La aparición de Mariano Rajoy el domingo por la tarde, en pleno debate de investidura en el Parlamento de Cataluña, evidenció una vez más que o no hay proyecto de intervención o que si lo hay, no se sabe cómo ponerlo en práctica. En cualquier caso, el balance fue pobre. Son muchos meses de ir a remolque de los hechos consumados por parte de los separatistas, muchos meses de hablar de ilegalidades, muchos meses de ofrecer seguridades, muchos meses de afirmaciones rotundas y muchos meses de inacción.

Si se está burlando la ley, si se hace caso omiso de las resoluciones del Constitucional y si hay supuestamente materia de delito, para luego es tarde.

Y ya se está haciendo muy tarde. Tan tarde que la investidura del nuevo presidente de la Generalitat, le ha pillado a Mariano Rajoy en funciones, con una fuerza cada vez más debilitada e intentando, casi a la desesperada, negociar para formar gobierno. Situación incómoda por mucho que, en puridad, el gobierno en funciones tenga todas las atribuciones. Nadie puede negar que, en noviembre tras la declaración del Parlamento catalán, las decisiones que hubiera que haber tomado, hubieran sido más cómodas y, tal vez, más eficaces. Limitarse, a estas alturas a decir que todo es ilegal porque la declaración fue anulada por el Constitucional, es dialécticamente pobre, políticamente inútil y jurídicamente irrelevante. Y además el arroz puede estar pasándose.

Ya va siendo hora de que Mariano Rajoy emplee el presente, ‘he hecho’, en vez del futuro, ‘haré’. La cantinela de ‘mientras yo sea presidente del Gobierno…’ se está quedando raquítica por momentos mientras los pasos independentistas son cada vez más rápidos y avanzan más.

La frase de Inés Arrimadas jugando con los apellidos, ‘más de lo mismo’ se ha quedado muy corta, lo que dijo en su discurso Carlos Puigdemont es ‘más de más’. El avance cualitativo es evidente y ya va siendo hora de hacer y no de decir que se va a hacer.

Pero nada es fácil para Mariano Rajoy en la situación a la que se ha llegado en el problema de Cataluña, ni en el momento político en que se encuentra tras los resultados electorales. Cada vez puede hacer menos y cada vez tiene menos espacio político para hacerlo.

Mira que si a Pedro Sánchez se le ocurre un día de estos imitar a las CUP y decir, ‘pacto sí pero con otro candidato’…

 
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