Por la boca… Calviño: Si tú me dices ven, lo dejo todo

Qué es mejor ¿seguir escuchando la cantinela de Sánchez esa de que el Partido Popular no cumple la Constitución porque bloquea la renovación del Poder Judicial o ir a una entrevista que, en el mejor de los casos, servirá para blanquear los desafueros de Sánchez y para salir con cara de tonto?

Ahora va Calviño  -entre maleta y maleta- y le dice a Feijóo que ya está tardando en cumplir la orden de Sánchez de presentarse en La Moncloa a rendir pleitesía a ÉL, porque para Calviño -bancos mediante- ÉL, por antonomasia, es Sánchez.

Siempre hay algún incauto al que pueden darle el timo de la estampita, pero que le engañen después de haber visto en “Los tramposos” la escenificación magistral de Tony Leblanc y Antonio Ozores, es demasiado. Y demasiado sería la visita de Feijóo a Sánchez para una entrevista engañabobos, falsa y tramposa como todas las que ha celebrado con cualquier líder del Partido Popular.

Qué es mejor ¿seguir escuchando la cantinela de Sánchez esa de que el Partido Popular no cumple la Constitución porque bloquea la renovación del Poder Judicial o ir a una entrevista que, en el mejor de los casos, servirá para blanquear los desafueros de Sánchez y para salir de La Moncloa  con cara de tonto?

Además de que Feijóo pasaría a engrosar la sala de trofeos de Sánchez, es evidente que se trata de una reunión inútil y que si en ella se consiguiera algún acuerdo, con toda seguridad, sería para el exclusivo beneficio de Sánchez.

A una entrevista de esas características, aun suponiendo un mínimo de buena fe por ambas partes, hay que ir con armas, con cartas y con posibilidades de intercambiar (”do ut des”). Feijóo no tiene nada que ofrecer porque lo único que le interesa a Sánchez son los escaños y ni Feijóo le va a votar nunca, ni Sánchez necesita de los votos del Partido Popular para seguir en La Moncloa.

Hay opiniones y especulaciones para todos los gustos e incluso se habla de un posible plante. Feijóo está siendo el primer plantado. Sánchez le ha plantado desde el primer momento e incluso la hipotética convocatoria para la no menos hipotética cita, ha sido fantasmal, de tapadillo, a hurtadillas, con la boca pequeña y trufada de epítetos (Sánchez jamás insulta ni descalifica) en lo personal y en lo político.

Además qué se va negociar: ¿un Poder Judicial a la medida de Sánchez con un pseudopumpido a la cabeza? ¿Nombramientos de tribunales que hagan la vista gorda con los desmanes de Sánchez y otorguen visos de legalidad a todos sus ataques a las leyes civiles y penales?

Si Sánchez no es de fiar (y Sánchez no es de fiar), por qué debe Feijóo fiarse de Sánchez y prestarse a una reunión de la que no sacará nada más que engaños, trampas y ases en la manga que, por otra parte, todo el mundo descubrió desde que Sánchez llegó a la política.

 

Clara y abiertamente Feijóo tiene que decir un no rotundo y absoluto a esa reunión y tiene que hacerlo por el bien de la democracia en España, de los millones de españoles que le votaron y le hicieron ganar las elecciones y del Partido Popular.

 Tras dejarle plantado, Sánchez sacará a relucir sus conocidas armas dialécticas (aunque Sánchez ni insulta ni descalifica a nadie), pondrá en marcha los medios de comunicación que con tanto interés “engrasa” y la jauría de ministros recitará, a una voz, las consignas de La Moncloa. Pero eso será lo mismo con entrevista y sin ella.

La carcajada: Dice Belarra -en plena parranda de los comunistas de Podemos a los acordes de Peret- para eso de las elecciones europeas: “Irene Montero, una militante extraordinaria, una mujer inteligente, honrada y humilde”.

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