Por la boca… La clá de Ferraz

Los jefes de la clá de Ferraz, quienes marcan los tiempos, los ritmos y la intensidad de los aplausos, son López (pero Pedro ¿tú sabes lo que es una nación?) Bolaños (haciendo de Bolaños) Montero (la de la cosa fiscal) y hasta alguno llegado de la comunidad gallega. Y también, hay una claque colectiva integrada por los ministros del Gobierno, de la parte socialista de la coalición sanchicomunista.

Clá (o claque en francés) se dice del grupo de personas que están pagadas para aplaudir en los espectáculos, fundamentalmente en los teatros. Individuos que aplauden a alguien de forma incondicional y a cambio reciben gratis las entradas para presenciar el espectáculo. Existe la figura del jefe de clá y también el grupo de los “reidores”. También había “reventadores” que cobraban por abuchear y pitar al autor y a los actores, aunque casi siempre con sordina y denostados por los de la claque, siempre mejor organizados

Hace unos años era costumbre muy arraigada sobre todo entre estudiantes y gentes de menos posibles para ir al teatro. Se pasaba por un bar cercano en el que un caballero, sentado en una mesa, distribuía las entradas que permitían acceder a las localidades altas desde las que, por obligación, se aplaudía frenéticamente

Aunque los diccionarios no lo recojan, una de las claques señeras,  paradigma de los que siempre asienten, que podría servir de ejemplo a todas las demás existentes, es la que forman, los incondicionales, “aplaudidores” y “reidores” de los dichos, las frases, las mentiras, los cambios de opinión y de las villanías de Sánchez y que actúan en la calle Ferraz, sentados en los comités y en los diferentes organismos internos del Partido Socialista.

Los jefes de la clá de Ferraz, los que marcan los tiempos, los ritmos y la intensidad de los aplausos, son López (pero Pedro ¿tú sabes lo que es una nación?) Bolaños (haciendo de Bolaños) Montero (la de la cosa fiscal) y hasta alguno llegado de la comunidad gallega. Y también, hay una claque colectiva, aunque no muy unida, integrada por los ministros del Gobierno de la parte socialista de la coalición sanchicomunista.

También está el público, en este caso ocho millones de votantes que-aunque no pertenecen a la clá, ni reciben entradas gratuitas- siempre están prestos a acudir a aplaudir a las urnas. 

Y hay algún reventador, como Page, que revienta con la boca pequeña y las acciones cortas y al que enseguida callan los aplaudidores y reidores.

A los de la clá, no solamente se les proporciona gratuitamente la entrada para asistir al espectáculo, sino que se les premia con abrevaderos y viáticos de toda especie en forma de cargos públicos y de sustanciosos sueldos, con reflejo en los Presupuestos Generales del Estado.

Si en la clá de los teatros solamente se regalaba la entrada y el resto corría a cargo de los aplaudidores, en Ferraz, además de la asistencia obligatoria y gratuita, se ofrecen todo tipo de privilegios y prebendas por aquello de estar en el Comité Federal, o lo que sea, o dónde el jefe mande situarse a cada cual.

 

Hay otras diferencias, como la honradez profesional de los actores, del autor o del empresario, que cumplen fielmente su cometido, con trabajo y con esfuerzo,  sin engañar a nadie.

En Ferraz hay un engañador único que es Sánchez y también están los que se dejan engañar por el sueldo que Sánchez les proporciona.

Eso sí  “en el nombre de España”.

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