Por la boca… Sánchez como los parches Sor Virginia

Alivia las penas, cura heridas, restablece relaciones, sutura enfrentamientos, restañe hemorragias y, cual celestina progre, zurce virginidades políticas perdidas en golpes de estado, sediciones, fugas, asesinatos, malversaciones y hasta nepotismos varios.

Sánchez es el gran sanador de la vida pública que estaba absolutamente desahuciada y carente de vida, cuando él llegó a La Moncloa.

Al decir de Bolaños y demás componentes del coro -dentro y fuera del Gobierno- Sánchez ha sido la panacea para Cataluña, el blanqueador de la ETA, el restaurador del bienestar y la concordia entre los españoles y el que ha creado en España un clima respirable frente a la anterior putrefacción.

Ha creado y no restaurado, porque no se trata de volver a recuperar algo que una vez existió y se perdió, sino que Sánchez con su acción de gobierno ha sido el muñidor de un nuevo clima y una singular forma de hacer las cosas y de gestionar los asuntos públicos.

Por eso estigmatiza y repudia todo lo anterior. Y lo anterior no es solamente la derecha arriscada e irredenta, sino el pasado de su propio partido y de los mismos líderes que le deberían de merecer respeto, sino admiración. Partido y líderes de cuyas fuentes ideológicas se supone que bebió Sánchez antes de que creara ideologías, descubriera manantiales inagotables para cambiar de opinión sin mentir y argumentos que jamás se habían empleado.

Alivia las penas, cura heridas, restablece relaciones, sutura enfrentamientos, restañe hemorragias e incluso, cual celestina progre, zurce virginidades políticas, perdidas en golpes de estado, sediciones, fugas, asesinatos, malversaciones y hasta nepotismos varios.

Sánchez es el primero en todo. No solo en el orden de la política ni en el banco azul, sino que es, ha sido, y pretende seguir siendo, el primero en todo lo que aconteció, acontece y acontecerá en España.

Ese y no otro es el motivo de sus repudios a quienes se oponen a sus planteamientos. No a causa de los planteamientos en sí mismos considerados, sino porque sus supuestas ideas y sus descabellados proyectos -más o menos fantasmagóricos- le dan igual. 

A Sánchez, lo único que le importa es su permanencia en el poder y hace caso omiso a quienes le critican y rechazan su creación, su chapoteo en la nada y su adanismo patológico.

 

En esa cloaca se pudren su narcisismo, su soberbia, su desprecio hacia los demás y su rechazo a todo lo que no parta de él y en él confluya.

Si a todo esto se añade la estulticia, la endeblez mental e ideológica, la falta de escrúpulos y la ambición sin límites, estará servida la trayectoria de Sánchez.

Y dónde no había ni hay heridas, ni enfrentamientos, ni rupturas, ni problemas, Sánchez se apresura a parirlos para poder ejercer de parche Sor Virginia.

La carcajada: En plena vorágine de investiduras, un medio de comunicación -que goza de mayor o menor solvencia-  titula: “Bruselas no detecta riesgos de inestabilidad política en España”. “Las instituciones comunitarias se sienten aliviadas por el retroceso de la ultraderecha euroescéptica de Vox”.

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato