Por la boca… Sánchez o los trucos del aeronauta, entre fachosferas y gilimemeces

Lo que pasa es que los trucos están ya muy vistos y las gilimemeces son antiguas y casposas y, como Sánchez se repite con frenesí, no cuelan o cuelan solamente entre los que de antemano se dejan timar por aquello de que no “gobiernen la derecha y la extrema derecha”, otra de las frases que tanto gustan a Sánchez.

A falta de un proyecto para gobernar que no sea el afán de seguir en La Moncloa, Sánchez se agarra a las frases cada vez más anodinas, más absurdas, mas topiqueras y más risibles y a las dadivas y promesas aunque huelan a antiguas, como lo del aeropuerto de Barajas.

No es que sean frases hechas de esas que dice todo el mundo, vengan o no vengan a cuento, son frases que se supone elaboradas y estudiadas por la legión infinita de asesores que comanda Bolaños –haciendo de Bolaños- que le pasan a Sánchez, y que Sánchez las entona con su gracejo especial para los mítines y así van tirando y rellenando lo que ahora toca, la campaña en Galicia, comandada por Puigdemont, por aquello de librarse de la cárcel.

Y entre viaje y viaje aéreo, Sánchez pone en acción sus famosos trucos, sus ingeniosos timos y los adereza con la frasecita de turno.

Lo que pasa es que los trucos están ya muy vistos y las gilimemeces son antiguas y casposas y, como Sánchez se repite con frenesí, no cuelan o cuelan solamente entre los que de antemano se dejan timar, por aquello de que no “gobiernen la derecha y la extrema derecha”, otra de las frases que tanto gustan a Sánchez.

Uno de los timos más repetidos es el del Falcon -que no solamente sirve para volar sino también para huir de los viajeros del tren o de las líneas de avión convencionales -que igual les da por hacerle un Puente y se le encaran en la plataforma de cualquier medio de transporte- y entonces se  hace el paripé con un acto de relleno y -terminado eso del tinglado de la antigua farsa, que diría un clásico- derechitos al mitin que es de lo que se trata y entretanto…

Entretanto, para llegar a un mitin en Lugo se pide el Falcon y previamente se programa media hora antes una visita de esas de estado y ya está montado el llamado truco del aeronauta, o sea, el timo del Falcon. Sánchez y su entorno preparan un mitin electoral y para el viaje en vez de pagarlo el partido, se lo hacen pagar a todos los españoles para lo que se  inventan, sin el menor pudor, un acto del jefe como mandamás del Gobierno una visita al edificio de Impulso Verde y -cumplimentado  y consumado el timo del Falcon o el de la bolita o el tocomocho o la estampita - todos al mitin a pronunciar frases y a sonreír y a aplaudir a los que se dejan timar, tan satisfechos de ser buenos y fieles militantes.

Los únicos que se dejan engañar, sabiendo que Sánchez los engaña o los va a engañar, son quienes le chantajean porque, aun contando con los engaños, siempre saben que se llevarán algo y además tienen la posibilidad de echarle de La Moncloa porque, como dice Borrás, a ellos lo que les interesa es la independencia y lo de la gobernabilidad de España les produce una risa de esas que propician micciones incontenibles.

Pero a veces las frases se escapan de las manos que las perpetran y provocan que Sánchez haga el ridículo porque, apenas consumado el timo del Falcon, decir con enorme sentido del humor: “Con un socialista en La Moncloa y otro en la Xunta, Galicia no rueda, Galicia vuela”, es una gilimemez indigna de quién se sienta en una poltrona pública. Lo de rueda es poco ingenioso y lo de vuela nada oportuno en la boca de quien acaba de llegar volando a costa del bolsillo de los ciudadanos.

 

Sánchez en sus discursos, vive de las dádivas, ya sean para la enseñanza o para el aeropuerto de Madrid que tanto encocora a Díaz y de las frases gilimemas:  “la abstención es resignación” o aquella otra “si Galicia vota Galicia cambia” o “gestionamos la economía mejor que la derecha porque la ponemos al servicio de la gente” o “pero ¿qué tendrá que ver la amnistía con la revalorización de las pensiones?” o “la oposición hace tanto ruido porque quiere desmovilizar al electorado progresista”.

La última gilimemez es eso de la fachosfera, que cualquiera puede convertir en marxisfera, por aquello de las coaliciones con comunistas.

Que es lo que piensa mi portero: “Todo es una vergüenza” (como diría Xavi, mordiendo una cámara de televisión).

La carcajada: Dice Comin, eurodiputado de Junts: “La amnistía servirá para que España vuelva a la Unión Europea. Con le represión y la deriva autoritaria, había quedado fuera de lo que son las reglas del juego democrático”.

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