Carlos Tena, una de las mejores voces de la radio española

Llega la noticia del fallecimiento del locutor y presentador de radio Carlos Tena. Con él se ha ido una de las mejores voces en la historia de la radio española y un radiofonista de primera fila en las décadas de los 70 y los 80 del pasado siglo, tanto en Radio Peninsular como en Radio Nacional de España 

Dotado de un gran sentido del humor, Carlos que se reía de casi todo, de casi todos y fundamentalmente de sí mismo. Fue una gran persona y un magnífico compañero, lo que no impedía que, con su aire rompedor, sus melenas, sus chalecos y su gesto irónico, cantara, cuando le perecía oportuno, las verdades al lucero del alba, incluidos sus jefes en las emisoras públicas en las que fundamentalmente se desarrolló su carrera.

Sus aficiones y sus más que amplios conocimientos musicales, le llevaran a significarse como comentarista, crítico, productor y presentador en todo tipo de espacios dedicados a la música, pero además, Carlos, se desenvolvía perfectamente, allá por los primeros años 70, como un todo terreno de la radio y presentaba con enorme solvencia los magazines generalistas que entonces empezaban a primar en las programaciones radiofónicas.

Magazines que, como el “Buenos días”, que a partir de las 7 de la mañana presentaba y dirigía en Radio Peninsular, gozaron de una gran audiencia, pese a que eran los tiempos del monopolio informativo de Radio Nacional, monopolio que Carlos bordeaba, desde la mismísima Casa de la Radio, empleando el truco, que luego siguieron otros muchos de sus colegas, de leer la prensa  y dar así,  información de todo tipo.

Años en los que Tena brilló con luz propia, junto a un elenco de magníficos profesionales que hacían Radio Peninsular y que ya eran figuras de la televisión, como José Luís Uribarri, Clara Isabel Francia, Pedro Macía, Juan Antonio Fernández Abajo o José María Íñigo.

Más tarde y ya desde, los micrófonos de Radio Nacional, crearía y presentaría espacios de audiencia masiva como “Para vosotros jóvenes”  o “Clásicos Populares” desde los que trataba con igual desenfado y la misma irreverencia, a los Beatles o a Mozart.

Carlos presumía de contestatario e inconformista y hasta exteriorizaba un esporádico malhumor que, casi siempre, quería ser el camuflaje con el que trataba de ocultar su hombría de bien.

Con él desaparece una época brillante de la radio en España.

Descanse en paz.