En La Moncloa a rólex, en Ferraz a setas
Los alrededores de Sánchez pugnan por mantenerse en esos alrededores, buscando los rólex de los sillones, en compañía de Puigdemont. El entorno de Ferraz, cuidando los restos del PSOE que Sánchez ha triturado, pretende buscar las modestas setas de mantener las esencias sin el desagradable hedor a Puigdemont.
Con los 122 escaños Sánchez se ha librado de una nueva defenestración y de tener que repetir la instalación de cortinas ocultadoras de urnas, pero Sánchez ha perdido las elecciones y el hecho de que el Partido Popular, habiendo ganado, no pueda formar Gobierno, en absoluto significa una victoria para Sánchez.
Durante los días o las semanas en que (al menos de cara a la galería, porque muchos se malician que las negociaciones están más que acabadas) se desarrollen las negociaciones de Sánchez para formar Gobierno, convendría ahondar en la idea de que Sánchez, una vez más, estará en La Moncloa sin haber ganado en las urnas.
Resultados, negociaciones y coalición con los de siempre, incluido Puigdemont, que se ven como un éxito en las cercanías del Gobierno por los que están a los rólex de los sillones y que pasaron un buen susto hasta que finalizó el recuento.
Los alrededores de Sánchez pugnan por mantenerse en esos alrededores, buscando los rólex de los sillones, en compañía de Puigdemont. El entorno de Ferraz cuidando los restos del PSOE que Sánchez ha triturado, pretende buscar las modestas setas de mantener las esencias sin el desagradable hedor a Puigdemont.
Negociaciones que no se ven con tan buena cara en muchos despachos y pasillos de Ferraz, por quienes están a las setas mondas y lirondas en las que Sánchez –que se ha quedado con todos los rólex- ha convertido el PSOE y que albergaban la esperanza de un cambio, una refundación o, al menos, que llegara alguien que mirara más por el partido que por su propia subsistencia política.
Sánchez ha dejado muchos cadáveres en Ferraz y sus aledaños, pero en este momento los muertos que vos matáis -si no gozan de buena salud porque el control es férreo- no están muertos del todo y de vez en cuando respiran. Los barones, que están a rólex y a setas, siempre tienen la mirada -aunque sea de reojo- puesta en el fin de Sánchez y los antiguos que hacen manifiestos y que no están ni a rólex ni a setas, también ponen su granito de arena para criticar las coaliciones de Sánchez.
Al final el único cambio que habrá en un gobierno de Sánchez, será el cese de los ministros/lastre y el cambio de los que nombró Iglesias por los que nombrará Díaz. Y desde Sánchez y adláteres saldrán más Calviños, más Monteros para Hacienda, más Escrivás, más alegrías o más Icetas, con el original o con las fotocopias que ya estará haciendo Bolaños.
La carcajada: “Nos van a encontrar en Sumar con un feminismo a favor, que suma, que no va de guerra de sexos, como lo ha convertido la derecha en esta campaña”.
