Sánchez es el único que no “marea la perdiz”

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez.

Tanto amigos como enemigos, desde todos lados, vierten calificativos de todo plumaje sobre Sánchez, pero el calificativo que mejor le define es el de “hormiguita de la política”.

Mientras la pretendida oposición de derechas se enzarza con los galgos de la moción de censura y los podencos de la petición para que se convoquen elecciones, Sánchez, como la hormiguita del cuento, va llenando los graneros de sus objetivos socio-ideológicos y transformando España en una república socialcomunista de ciudadanos mansos y subvencionados con los dineros de Europa y los sacados en impuestos a los supuestos ricos.

Lo mismo da que se apoye en los desmanes infantiloides de Podemos o en las pretensiones espurias de los separatistas de Esquerra o de los proetarras de Bildu. Es igual que cambie el código penal para sacar indemne a Junqueras, librar a Griñán o acercar etarras al país Vasco. Lo mismo da que se “disuelva” el Tribunal Constitucional para legitimar arbitrariedades, porque lo cierto es que todo lo que hace forma parte del plan de Sánchez para cambiar España y a la sociedad española.

Tanto amigos como enemigos, desde todos lados, vierten calificativos de todo plumaje sobre Sánchez, pero el calificativo que mejor le define es el de “hormiguita de la política”.

Todo es labor de la hormiguita que, poco a poco, con más o menos ruido, siempre pasajero, aprovechando puentes, fiestas, letargos y adormecimientos de la sociedad se está saliendo con la suya y, lo que es más grave, preparando el terreno para seguir gobernando, quitando todo tipo de trabas jurídicas y de obstáculos constitucionales, para conseguir lo que se ha propuesto.

Y mientras, quienes se supone que son el relevo, para intentar restañar tanto desafuero, discuten entre ellos e incluso en el seno de sus propias formaciones, marean una perdiz que picotea los derechos de los españoles y dejan pasar el tiempo sin detenerse a analizar la situación, mientras hacen chistes y se carcajean de las encuestas de Tezanos.  A todo lo cual hay que sumar los cacareos, inútiles por interesados, de los barones socialistas y de los llamados “antiguos de Ferraz”.

Y el peligro está en que la somnolencia política de los llamados a apear a Sánchez del poder, se está contagiando a gran parte de la sociedad.

La carcajada: Dice Sánchez glosando eso de la sedición y la malversación: “Sedición y malversación son decisiones políticas de primer nivel para rescatar a Cataluña de la crispación”.

 
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