A Sánchez le ha abandonado el desodorante mientras Rufián dice que “los votos de Esquerra, se sudan”

De izquierda a derecha. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez reciben al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, durante su ronda de contactos, a 11 de octubre de 2023, en Madrid
De izquierda a derecha. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez reciben al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, durante su ronda de contactos, a 11 de octubre de 2023, en Madrid

Sánchez, con esto del coronavirus repetido, ha debido perder el olfato y ya ni siquiera se tapa la nariz para negociar con Aizpurúa, con Rufián, con Puigdemont y con quien haga falta, para lo de la investidura, incluido Esteban

Quienes se escandalizan ante las fotos de Sánchez negociando con los amigos de los terroristas, o con quienes odian a España y quieren acabar con la Constitución y con la Monarquía, lo hacen porque de esa manera se recalcan aún más las felonías de Sánchez. Pero es algo innecesario, porque Sánchez “se recalca” por sí solo y con esto del coronavirus repetido, ha debido perder el olfato y ya ni siquiera se tapa la nariz para negociar con Aizpurúa, con Rufián, con Puigdemont y con quien haga falta, incluido Esteban.

Porque todos sabían que las fotos estaban al caer, que llamaría a Junqueras y que llamará a Puigdemont y a Otegi, si no es que no los ha llamado ya.

Sánchez cada vez sorprende menos e irrita más y una de las causas de esa irritación general tiene su origen en la certeza de que las negociaciones, los “estrechismos” de los separatistas, los proetarras y los comunistas de Sumar (de soltera Podemos), son puro teatro, que todo está pactado desde hace tiempo, que la investidura está más que asegurada y que lo único que pretenden unos y otros, es quedar bien ante sus respectivas “aficiones”, haciendo ver que exigen y consiguen, que chantajean y Sánchez cede y que están logrando hitos importantes en sus reivindicaciones o en lo que sea.

Y es verdad que están logrando ventajas, beneficios y dejaciones políticas de las que no gozan el resto de los ciudadanos y es verdad que el chantaje está dando resultado y las exigencias son atendidas al pie de la letra, pero no es verdad que se trate de negociaciones difíciles y complejas, porque todo está concedido de antemano.

Sánchez, por su parte, tiene que hacer ver a sus electores que mantiene una postura firme, que defiende sus principios, que respeta las leyes y, por supuesto, que jamás osará pisotear la Constitución, porque todo lo que concede es legal y porque de esta forma logra la concordia entre los españoles y el bienestar para todos y por si fuera poco, gracias a sus negociaciones, se evitan unas elecciones muy negativas para España.

Todo huele muy mal por muy atrofiada que se tenga la pituitaria, pero son olores perfectamente esperados y de los que nadie se puede sorprender.

Ya lo ha dicho Rufián cuando afirma que los votos de Esquerra hay que sudarlos y claro, de tanto sudar, esto huele a lo que huele.

Y aquí no hay quien pare.

La carcajada: Dice Vara (dejando a un lado lo de las autopsias) en pleno mitin con Sánchez: “Al final, lo que pasó es que España votó y cuando vimos el resultado, pues de pronto, comprobamos la diversidad, la complejidad y sobre todo, la inmensidad de los matices que tiene nuestra querida patria, nuestro querido país”.

 
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