Porque estás que te vas y te vas y te vas…

Alguien, a ritmo de sardana por supuesto, podría cantarle la famosa letra a Artur Mas e incluso a Oriol Junqueras, e incluso al de la sandalia amenazante. No se trata de que se vayan, que no se van a ir, sino de que dejen de dar la vara al resto de los españoles. Se pregunta el señor Junqueras que pasaría con la prima de riesgo o con la opinión de los acreedores de la deuda española y con el PIB español en el caso de que él paralizara la economía catalana durante una semana. La respuesta es fácil: posiblemente quedarían tocados todos esos conceptos económicos, pero no mucho más tocados que están quedando con la actuación de los políticos de la Esquerra o de Convergencia y Unió, porque las declaraciones, los viajes, los espectáculos en el parlamento y las exhibiciones de sandalias y demás andanzas de los políticos catalanes no pueden ser ni más esperpénticas, ni más disolventes para el prestigio de España en el extranjero.

Es curioso y hasta ridículo el razonamiento de Oriol Junqueras. Como podemos sacar dos millones de catalanes a las carreteras, también podemos parar la economía catalana una semana.

También habría que preguntarse por el efecto de sus amenazas –no se les puede calificar de otra manera- en el empresariado catalán, ése que escuchó cómo se amenazaba y se llamaba gánster a un compareciente en el parlamento que quieren hacernos ver como modelo de democracia.

Las cosas están como están, la legislación es la que es y la Constitución española dice lo que dice. A más a más, la Europa esa que nos miraría mal por paralizar la economía catalana, ya ha dicho todo lo que tenía que decir sobre una hipotética secesión en un país de la Unión. Todos se han enterado menos los que tendrían que estar mejor enterados que nadie, entre otras cosas porque son los que tendrán que explicar actitudes, situaciones y consecuencias a los ciudadanos a los que pretenden consultar.

Ahora dicen que Mas baja el diapasón de las exigencias e incluso que pretende un acercamiento a la Corona. Bien está, pero resulta que está atado a Junqueras y si se desata, es decir, si convoca elecciones anticipadas, lleva todas las de perder.

Mientras, amenaza va y amenaza viene, como en la canción.

Molt soroll per no res. O sea, mucho ruido y pocas nueces.

 
Comentarios