Profesionalidad en TVE

Siguen los cambios en TVE. De Pepa Bueno algún colega ha escrito, en un medio que se conoce muy bien a Pepa, que “huyó” a la SER; Ana Pastor deja paso a María Casado, presentando “Los desayunos de TVE” -el programa que otro colega ha calificado como “problemático” -; y Pilar García Muñiz – de grato recuerdo presentando “España directo”- se hace cargo de “El debate de la 1”. Sigue Ana Blanco, incombustible, 22 años en la pantalla.

Muy interesante la reacción de Rubalcaba al conocer, hace unas semanas, los primeros cambios en RTVE: dijo que se cumplían los peores presagios, y defendía a los directivos relevados. Ilustrativa también la reacción de presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, lamentando el relevo de Ana Pastor.

Pepa Bueno se ha ido a la SER, y Ana Pastor salió de la SER. Pilares durante estos años pasados en TVE, y pilares probablemente en cualquier medio. Tienen fama de “comprometidas”, calificativo que al menos para mí resulta equívoco en un periodista. No voy a cuestionar su profesionalidad, pero sí a destacar un aspecto que llama la atención, incluyendo a Basagoiti: ¿se pone en duda la profesionalidad de María Casado, Pilar García Muñiz, Marta Jaumandreu?

Resulta discriminatorio alabar la profesionalidad de quienes dejan un puesto y callar sobre la profesionalidad de quienes entran, cuando también es sobradamente conocida y aceptada. Es la trampa, el sofisma, de quien no se da cuenta –o es muy consciente- de que se pretenden aplicar diversas varas de medir, en función de quien esté al frente de los medios de comunicación públicos.

El PSOE es muy contundente cuando gobierna; el PP sigue minusvalorando la comunicación: algunos líderes del PP parece que quieran tener la vitola de “abiertos” o “plurales” alabando a quienes han ocupado puestos de confianza para el PSOE, y el PSOE nunca elogia la tarea de profesionales que pueden calificarse como “cercanos” al PP. Como apuntaba un colega, el PSOE da prioridad absoluta a los medios de comunicación –y más cuando gobierna-, y el PP sigue “con el lirio en la mano”.

Profesionalidad es competencia, trabajar mucho y bien, escuchar a la sociedad, dar cabida al pluralismo en una tertulia, tener criterio para entresacar temas de actualidad de interés general objetivo sin supeditarlos a las ideas personales del periodista, no difuminar ni esconder lo relevante, contrastar las fuentes de información, evitar juegos de imágenes que transmiten lo que de palabra se prefiere ocultar. Profesionalidad es distinguir lo anecdótico de lo esencial. Profesionalidad es no cebarse con algunas zonas de España, o con inversiones no rentables, ocultando otras de similar o superior calado. Mucho habrá que seguir hablando de profesionalidad periodística, pero hagámoslo los periodistas, no los políticos.

Un debate más amplio es la conveniencia de que haya o no medios de comunicación de titularidad pública –estatal, autonómica o municipal-, en el que va creciendo el número de periodistas y de ciudadanos en general que abogan porque no los haya, y sea la iniciativa social quien se ocupe de la comunicación. Pero teniendo como tenemos en España –todavía- medios de comunicación pública evitemos que los políticos nos definan la profesionalidad. Siempre difícil la relación entre políticos y periodistas, y lo seguirá siendo.

 
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