Rubalcaba acorralado

Alfredo Pérez Rubalcaba es un personaje temido. No es que no inspire confianza, es que destila hiel, amenaza y –al menos quienes le oyen- da la impresión de que es capaz de todo. Todos somos capaces de todo, para qué negarlo, pero Rubalcaba personifica el político de Maquiavelo, para quien el fin –su gloria política y la de su partido- justifica los medios.

Con esta trayectoria política los socialistas le eligieron como secretario general. Pudo más el temor de un partido que la apuesta valiente por la renovación. Había miedo a las cloacas del partido, y quién mejor que Rubalcaba para intentar esconderlas e incluso aprovecharlas ante un PP con mayoría absoluta, que le tocaba gobernar tras un ZP incapaz y sectario.

No hace falta evocar el pasado. Los “populares” González Pons y Floriano escucharon de sus labios la ya célebre frase: “Veo todo lo que hacéis y escucho todo lo que decís”. Frase pronunciada cuando Rubalcaba era Ministro del Interior. En otra persona, podría sonar a mera jactancia o deseo oculto, pero ya había sospechas en el PP de escuchas ilegales. Y ahora andamos con lo que puede ser el Watergate español: escuchas de policías ante la sede del PP en la calle Génova.

Pese al parón de agosto, esperamos que Rubalcaba explique lo que pueda y quiera explicar. Saldrá airoso, más o menos, ante los medios de comunicación, ante los que es un mago y que, mientras gobernó, ayudó a controlar con descaro a veces, y otras muchas veces con habilidad para deformar el pluralismo informativo. Las palabras en Rubalcaba tienen múltiples sentidos, y la realidad es otro mundo. Por eso el PP debe ir hasta el fondo en el asunto de las escuchas, sin que las indudables dificultades económicas de España en estos momentos oculten lo que puede ser un gravísimo atentado contra la democracia.

Rubalcaba está acorralado. Tiene hasta síntomas de incontinencia verbal, que en su caso es señal de que el precipicio lo siente muy próximo. No se entiende que, ante el relevo de la periodista Ana Pastor al frente de “Los desayunos” de TVE, Rubalcaba haya utilizado Twitter para decir que “se confirman los peores temores” del PSOE respecto a TVE, pues que se está “cesando a profesionales”. Es asombroso e intolerable: parece que niega la profesionalidad a quienes ahora dirigen TVE, o a quien ocupe el puesto de Ana Pastor. Parece espetarnos: “sólo yo garantizo la profesionalidad en TVE, porque los que eligen otros no son buenos profesionales”. En TVE hay excelentes profesionales, pero él no debe descalificar –de entrada y de salida- a los que no le agradan. Rubalcaba está arrastrando al PSOE, que también critica los cambios en RTVE, incluyendo el de Juan-Ramón Lucas en RNE

Es difícil, y conocido, el campo de las relaciones entre políticos y periodistas, entre profesionalidad informativa y gobernantes. Cuanto más se respeten las competencias de unos y otros, mejor para todos. Rubalcaba y el PSOE, sin embargo, no lo entienden ni lo quieren. ¿Tanto tiene que esconder? Las cloacas emergen de nuevo. O sólo entienden de profesionalidad cuando un periodista es de su agrado, y airean a los cuatro vientos. Más que sospechoso y lamentable.

 
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