PSOE: cuando la comunicación agrava el problema

El exministro de Transportes y diputado del PSOE, José Luis Ábalos, a su salida del registro tras presentar su paso al grupo mixto, en el Congreso de los Diputados.
El exministro de Transportes y diputado del PSOE, José Luis Ábalos, a su salida del registro tras presentar su paso al grupo mixto, en el Congreso de los Diputados.

Las últimas semanas no han sido sencillas para el Partido Socialista. Desde que se destapase el denominado “caso Koldo”, las noticias sobre la presunta corrupción en el seno del partido del Gobierno han sido incesantes. La presión mediática ha ido en aumento. Y ni los integrantes del partido, ni tampoco los encargados de canalizar su estrategia de comunicación han estado a la altura.

Qué tiempos aquellos en los que Iván Redondo sacaba la varita mágica y desviaba la atención hacia otra parte, dirigiendo a los medios como el flautista de Hamelin hacía con los roedores. Redondo ostentaba el cargo de director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, pero nada salía de Moncloa -ni del PSOE- sin su aprobación. Controlaba los tiempos, los mensajes, y hasta las consecuencias. Y lo hacía además de forma magistral. Pero esa etapa ya pasó. 

El actual director de comunicación del PSOE es un perfil diferente. Y el cambio no ha sido precisamente para mejor. Es bien sabido en el gremio periodístico que a Ion Antolín Llorente no le gustan los medios “no afines” al Ejecutivo socialista, algo que se ha hecho visible en diversas ocasiones en las que colegas periodistas han recibido presiones para retirar ciertas informaciones publicadas. La última, y también la más relevante por ser televisada, fue su mensaje al programa “Todo es Mentira” de Risto Mejide, al que advirtió que no iban “a tener a nadie del PSOE” mientras de él dependiera. Una amenaza al más puro estilo mafioso, que deja en entredicho el respeto que desde el Gobierno debe tenerse hacia la libertad de expresión y prensa.

Llorente no tiene el conocimiento, la capacidad estratégica, o la discreción de Redondo. Veta abiertamente a medios y a periodistas, y además comete la torpeza de ponerlo por escrito. En un momento en que al PSOE le están cayendo de todos los colores en los medios y en el Congreso, es un error de gran magnitud optar por el veto y la presión, en vez de por la transparencia informativa. Y eso al final se ve en la calle. Y no solo lo ven los votantes de otros partidos… sino también los que les votaron a ellos. 

Dicen que la prensa es el “cuarto poder”. Quizá Llorente preferiría que ese poder lo absorbiese el Ejecutivo. Nada nuevo en el PSOE, en cualquier caso. Es lo mismo que les gustaría a sus jefes hacer con el judicial.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la consultora internacional de comunicación 3AW.

 
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