Qué culpa tiene la corbata

Un poco imitando a Tsipras, pero no a Varufakis que, aun sin corbata, lleva buena ropa de diseño. O sea la corbata es una derechona. ¡Pena de corbata! Es un trozo de tela más o menos bello y bien cortado que no tiene culpa de nada.

Curiosa ideología que se manifiesta, no por un poderoso pensamiento interior, sino por la forma de vestir. Un idiota puede llevar corbata o ir despechugado. Lo mismo uno de derecha, de izquierda o de lo que sea. La corbata no es más que una prenda con la que se trata de vestir con cierta exigencia en determiandas ocasiones o profesiones. En actos oficiales la corbata es una muestra de respeto hacia el amplio público al que se dice representar.

Es cierto que desde hace ya más de cincuenta años se ha ido imponiendo el estilo casual, desprecocupado y un poco desmadejado. Pero en la época posmoderna ese estilo convive con otro más formal en diferentes circunstancias. El sentido común: cada prenda a su tiempo.

Estos radicales de Podemos and company no. Siempre igual. Conservadores de lo alternativo, inmovilistas de la camiseta. En un pleno de no sé dónde vi la foto de uno en manga corta, con la mano llena de tatuajes y en los dedos la palabra odio. Añoro los tiempos en que, en lugar de ese, podía haber un hippy que se tatuase amor.

Por supuesto que no se puede obligar a la corbata o a lo sin corbata. Pero es en estos detalles donde se demuestra el buen gusto que, más que una afirmación personal, es un gesto de respeto a los demás.

 
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