Financiar el botellón
El bono cultural va a servir sobre todo para gastarse, lo antes posible, los 400 euros en un botellón esa misma tarde, porque está inventado para ‘el consumo de cualquier tipo de actividad artística’ como se ha empeñado en contar el Gobierno. ¿Y hay algo más artístico para esa cultura de consumo que un buen botellón? Los chicos y chicas de 18 años preferirán una experiencia real y verdadera en la que se aprende muchísimo de uno mismo y de los demás que esas asignaturas desvaídas y flojonas, que te dan en el colegio o la universidad con las que se pasa de curso casi sin darte cuenta, según confirma la nueva ley de educación.
¿Para qué vas a gastarte 400 euros en una cosa de cultura desteñida, cuando el botellón es una realidad mucho más heavy que cualquier propuesta del gobierno para que te gastes ese dinerito que, además te va a durar muy poco? 400 euros tampoco es una millonada como las que se gastan en esa cultura de consumo y subvenciones a los suyos, que tanto les gusta a los que mandan.
No se ve además que tipo de policía será necesaria para controlar el uso fetén de ese dinero, con la movilidad y la facilidad que tiene la gente joven para tomarse el pelo con los que se empeñan en imponerles unas costumbres determinadas. Y fluirán a millones las demandas por malversación de fondos públicos, que pondrán de los nervios a los jueces, como si no tuvieran ya un trabajo desbordante gracias a las múltiples ocurrencias gubernamentales, como esa de sancionar las miradas presuntamente lascivas de los chicos a las chicas.
