Lejos del chiringuito

Todo el año a tortas, sí, pero suenan en la radio los primeros acordes del anuncio de las recomendaciones de la DGT para afrontar la operación salida del 31 de julio y España entera se vuelve mansa, amable y sonriente. Se acabó el estrés. Lo importante ahora es descansar. Porque aunque el Presidente y su Gobierno, la oposición, los ministros, los periodistas radiofónicos y los cineastas no hayan desaparecido del mapa, se han marchado de vacaciones, dando lugar a un falso silencio que a muchos les hace creer que no suceden cosas. “Que pocas desgracias hay en agosto, ¿no?”. “Es que en agosto, hasta los malos descansan”. Dos mentiras arriesgadas.

Lo cierto es que en agosto España se tuesta por el centro, muriéndose a la hora de la siesta, y hierve por las costas desde media mañana hasta bien entrada la noche. Y en estas vacaciones se sigue viajando al pueblo. Se sigue saludando al panadero, al tendero, al zapatero. Me refiero en todo caso al que arregla los zapatos. Se vuelve a ver a Paca atravesar el bulevar empedrado que desemboca en el puerto y se muestran los muslos peludos e indecentes de niños, jóvenes y adultos a cualquier hora del día.

Nos convertimos en algo un poco más parecidos a los hombres y mujeres que deberíamos ser durante el resto del año. Recuperamos cierta cordura, cierta capacidad de comprensión. Aceptamos mejor los golpes y nos acordamos de que vivimos rodeados de gente con la que podemos interactuar cuando queramos. Algunos, incluso, aprovechan esas calurosas y conmovedoras puestas de sol para preguntarse aquello de quienes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Algo que debe preguntarse cada ser racional, como mínimo, una vez al año. Agosto, con su buen clima y sus tiempos muertos, es una buena ocasión para mirar hacia dentro de nuestro corazón, si la ocasión nos lo pone a tiro.

En general, como personas, ganamos bastante estando de vacaciones, excepto –lo repito cada año- en lo que se refiere a educación musical. Cada año por estas fechas nos sumergimos en la música del verano como si nuestro viaje no fuera a terminar nunca. Como si el entorno no tuviera ojos y oídos y como si no hubiera testigos de nuestra lamentable hazaña. Jóvenes y adultos se desinhiben musicalmente cada noche hasta el ridículo moviendo el esqueleto con ritmos realmente pavorosos que invaden chiringuitos y zonas de fiesta en toda España. Pero si desean escapar de esa terrible plaga están de enhorabuena, porque este verano del 2007 ofrece muy buenas alternativas a quienes quieran disfrutar de buena música. En la radio, por ejemplo, la garantía de calidad musical nos la traerá El Pulpo, desde Cadena 100, que conducirá un programa diario –de 6:00 a 10:00- hasta finales de agosto. Y en los escenarios, en lo que se refiere a la música en directo, son muchos los conciertos a los que merece la pena acercarse este año.

En Agosto las fiestas se caen del calendario porque no caben todas. España, de vacaciones, es un hervidero de escenarios de emergencia por el que desfilan cada noche lo mejor y lo peor de nuestra música. La oferta veraniega, un tanto caribeña, es inevitable. Pero aquí está nuestro consuelo: algunos de los mejores grupos de la música española de los últimos treinta años estarán este verano de gira por múltiples escenarios españoles.

Quizá el caso más llamativo sea el de Nacha Pop. Su regreso en esta inolvidable gira estival es probablemente una de las noticias musicales más importantes del año. Pero no la única. Además de Nacha Pop, también están de gira grupos como La Unión, Indras, Deluxe, Los Secretos –ya en septiembre-, Tennessee -¿los recuerdan?-, La Guardia, Mikel Erentxun, Danza Invisible, Burning, La Frontera, No Se Lo Digas a Mamá o Los Ronaldos.

 
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