Nunca más

El lamentable espectáculo dado por la mayor parte de los políticos, Instituciones y partidos, incapaces de organizar un acto unitario de homenaje a las víctimas con motivo del quinto aniversario del atentado terrorista del 11-M en Madrid, es de los que ponen en evidencia que en nuestro País todavía nos queda mucho camino por recorrer para ser en la práctica una gran Nación y sentirnos orgullos de ello. Unas Instituciones, una sociedad que no sabe honrar a sus muertos, deja mucho que desear.

Porque el atentado del 11-M del 2004 fue un ataque a España. No fue un atentado “selectivo”, que por otra parte sería igual de rechazable y condenable, sino que se atacó a nuestra Nación tres días antes de unas elecciones, en cuyo resultado, por parte de quienes pensaron y diseñaron el atentado, se pretendía influir, como al final se consiguió. Aquel atentado, unido a la torpe administración de la crisis que generó por el Gobierno de entonces, cambió el sentido del voto de un buen número de ciudadanos o animó a otros a acercarse a las urnas. El hecho es que el PSOE y Zapatero se encontraron con una victoria electoral que ninguna encuesta predecía días antes.

Resulta incomprensible lo sucedido hace unos días con motivo de la conmemoración del quinto aniversario de aquella masacre. Incomprensible, salvo que se llegue a la conclusión de que a ninguno de los dos grandes partidos nacionales, PSOE y PP, les interese recordar, conmemorar, por motivos diferentes, aquella fecha y hayan optado por “pasar página”. Pero, obviamente, esa actitud supone una grave afrenta a las 192 víctimas mortales y a los casi 2.000 heridos de aquel atentado terrorista.

Mención aparte merece la decisión absolutamente mezquina y miserable del Partido Socialista de Madrid de no acudir al acto institucional que había organizado la Comunidad de Madrid en homenaje a las víctimas, para mostrar así su rechazo a Esperanza Aguirre por su decisión de dar carpetazo a la comisión de investigación que se había creado en la Asamblea Regional con motivo de los presuntos casos de espionaje a diversos políticos madrileños. Una decisión tan equivocada y con tan poco sentido común que ha merecido la crítica unánime e incluso la petición de perdón a las víctimas por parte de la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín. Está muy bien, sobre todo porque es un bien escaso, que un político pida perdón, pero en este caso, debía haber llevado aparejado algún tipo de asunción de responsabilidad política por parte de los dirigentes del PSM que tomaron tan equivocada decisión.

La ausencia de un gran acto institucional donde estén presentes todas las Instituciones de la Nación, empezando por la Corona, no tiene explicación alguna. Denota una falta de sensibilidad hacia las víctimas, una nula conciencia de País, una carencia de patriotismo realmente preocupante. El ejemplo que en esta cuestión ha dado a todo el mundo Estados Unidos con una solemne conmemoración cada año del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de setiembre marcaría el camino a seguir.

Dice el dicho popular que de los errores se aprende. Esperemos y confiemos que en nuestro caso sea así, y que a partir del próximo año, el Gobierno y su Presidente, que es a quien en buena lógica correspondería impulsar y organizar ese gran acto institucional en homenaje a todas las víctimas del mayor atentado terrorista contra España, se ponga a ello.

 
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