Más detalles sobre el Cónclave: "Miré a Bob y él tenía la cabeza entre las manos y yo rezaba por él"
El cardenal norteamericano Tobin dice que cuando Prevost aceptó fue como si el cargo "hubiera sido hecho para él". Parolin escribe sobre su experiencia: "A aquel “Acepto” le siguió un aplauso muy largo y caluroso"